En el mundo de las preparaciones locas siempre hay alguien que va un paso más allá. Y en lo que respecta a motos de dos tiempos, pocos lo hacen con tanta determinación como Simon Whitelock. Este británico lleva décadas exprimiendo al máximo las posibilidades (y los límites) de la mecánica japonesa clásica. Su creación más extrema, conocida como Triple-Triple o W9, es una de esas rarezas que solo pueden salir de una mezcla de obsesión, paciencia y mucho, mucho tiempo libre.
Lo que empezó como una colección de piezas de la mítica Kawasaki KH 250 de los años 70 terminó convirtiéndose en un proyecto a gran escala. Hablamos de una moto artesanal con nada menos que nueve cilindros y tres motores completos colocados en configuración W. Una bestia de más de 200 kilos que, pese a lo que pueda parecer, arranca, rueda y suena que deja la boca abierta.
Tres motores, nueve cilindros y más de 75 CV
La base del invento son tres motores tricilíndricos de dos tiempos de la Kawasaki KH 250, colocados uno detrás de otro y acoplados entre sí mediante engranajes rectos. En conjunto, el bloque suma unos 750 cc y una potencia estimada por encima de los 75 CV, ya que cada motor original ronda los 26 CV. Para soportar semejante mecánica, Whitelock recurrió al cambio de una KH 500 H1, una de las más salvajes de la época, apodada con razón como “Widowmaker”.
Montar este rompecabezas no fue fácil: unas mil horas de trabajo según su creador. El motor ocupa tanto espacio que uno de los tres tuvo que colocarse girado 180 grados, para poder alojar los 9 carburadores Mikuni de 28 mm. El resultado es una distribución completamente asimétrica, con seis carburadores apelotonados entre los cilindros traseros y tres salidas de escape saliendo de la parte posterior.
Una estructura sobredimensionada para domar a la bestia
A nivel de chasis, Whitelock utilizó un bastidor de acero tipo Kawasaki KH, pero modificado para adaptarse a la longitud y anchura del nuevo propulsor. El resultado: una moto que pesa en torno a 220 kilos y que, según su creador, es capaz de alcanzar cerca de 200 km/h. Todo eso, con una parte ciclo que incluye doble disco delantero, qué menos.
Uno de los detalles más impactantes está en el escape: una configuración simétrica de 9 en 6, con tres silenciosos por lado que mantienen la estética dos tiempos clásica. ¿El sonido? Pues ya te lo puedes imaginar…
Arranca y rueda: Toda una leyenda
Lo más sorprendente de todo es que esta locura funciona. Whitelock la ha puesto en marcha (eso sí, tras un arranque a patada de los que ponen a prueba la paciencia) y asegura que la moto rueda correctamente: “No es fácil de mover, pero funciona. De verdad. Sin demasiadas quejas”.
La Triple-Triple no es solo una rareza mecánica, es una obra de arte de excesos. Un monumento al dos tiempos construido a base de pasión, ingenio y muchas horas en el garaje. No saldrá a la venta, no aparecerá en los concesionarios y probablemente no pase la ITV. Pero existe, y eso ya la convierte en toda una leyenda.










