Un circuito mítico, dos joyas de la ingeniería italiana y un único objetivo: salir como un misil en la recta de Imola. De un lado, el Lamborghini Temerario, un bicho híbrido de 920 CV. Del otro, la Ducati Panigale V4, la última bestia de Borgo Panigale. ¿El resultado? Puro espectáculo.
Lamborghini y Ducati, bajo el paraguas del grupo Volkswagen, se han marcado una batalla de aceleración entre sus dos máquinas más extremas. Una comparación sin muchas pretensiones científicas pero con mucha carga emocional y visual. Porque lo de ver un coche que parece una nave espacial midiéndose con una superbike diseñada para darlo todo es justo el tipo de contenido que nos encanta a los apasionados del motor.
Dos máquinas para perder el sentido
Lo del Lamborghini Temerario es cosa de poca broma. Motor V8 biturbo, tres motores eléctricos, 920 CV en total y una aceleración de 0 a 100 en 2,7 segundos. Si además le sumas un Launch Control diseñado para salir catapultado con solo pulsar un botón en el volante, tienes una auténtica máquina que... no despega porque no tiene alas.
La Ducati Panigale V4, por su parte, no necesita presentación. 216 CV, tecnología heredada de MotoGP, ayudas electrónicas como el DVO o el Race eCBS y esa parte ciclo equipada con la más alta tecnología. Es la séptima generación de la superbike de Ducati y posiblemente la más radical y afinada que han hecho jamás.
Imola como escenario y la pasión como combustible
El vídeo, grabado en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola, es un homenaje al rendimiento y a la pasión por la velocidad. Sin tiempos oficiales ni cronómetros en pantalla, pero con suficiente tensión como para hacerte no pestañear durante un rato. Y aunque en este tipo de duelos el coche suele tener ventaja por tracción, aquí lo que gana es el espectáculo.
¿Quién gana? Da igual. Y parece que tampoco nos lo quieren dejar muy claro, porque aquí lo importante es que dos iconos italianos han salido a jugar. Eso, y que lo han hecho en uno de los escenarios más especiales del automovilismo europeo.
