Mientras en el garaje de Honda estaban de celebración por haber pasado al grupo C de las concesiones, en Yamaha la sensación era muy diferente. A nivel de puntos, la marca de los diapasones ha dado un importante paso adelante en el Mundial de Constructores (de 124 a 247, casi el doble), pero se ha visto relegada a la última posición de la general de marcas y ha sido incapaz de salir del grupo D de concesiones, el que más ventajas tiene y, al mismo tiempo, el que más evidencia lo lejos que aún siguen del resto.
El de Cheste no fue un fin de semana más, porque el domingo se confirmó oficialmente antes de la carrera lo que era un secreto a voces: se acabó la historia del motor de 4 cilindros en línea y desde 2026 competirán con un motor V4, como el resto de marcas.
Un concepto que ya lleva varios meses en pista y que está siendo desarrollado entre Japón y entre el departamento europeo de Yamaha Racing, y con Augusto Fernández y Andrea Dovizioso como pilotos de pruebas. Esta nueva era se estrenó oficialmente en Misano y con ella Augusto ha hecho tres wild-cards: Misano, Sepang y Valencia, aunque obteniendo un botín de dos puntos entre esas tres citas.
La Yamaha prometía y promete más de lo que está realmente mostrando. Aún está en fase 'embrionaria', con el motor capado y camino por recorrer también a nivel de chasis y geometrías para terminar de adaptar todo el paquete a este concepto. Después de que los pilotos oficiales lo probasen en el test de Misano, las sensaciones tampoco fueron suficientemente halagüeñas. Principalmente, eso fue lo que transmitió Fabio Quartararo, que es quien más prisa tiene y menos paciencia le queda para encontrar una solución que le permita ser de nuevo competitivo. De lo contrario, su futuro en Yamaha pende de un hilo.
El que más kilómetros ha podido hacer con la V4 es Augusto Fernández, aunque reconoce que lleva menos de los que tendría que haber hecho: «Desde Misano he hecho Misano, Sepang, Aragón el domingo y aquí (Valencia). No muchísimo», expresaba el viernes de Cheste. Y desvelaba cuál es, por ahora, la mayor debilidad que ha encontrado en este prototipo: «Sigue siendo muy crítica la parte delantera, de ir 'medio medio', a ir mal. Sobre todo, esa confianza de temperaturas críticas, cuando tenemos que montar el neumático duro falta esa confianza que la moto estándar sí tiene y que con esta nos falta bastante».
Esas fueron sus primeras impresiones el viernes. El domingo, después de la carrera, apenas variaron: «Igual, sinceramente. Ha sido un fin de semana positivo, pero dimos con un muro el viernes, que es lo que ya descubrimos en Sepang. Al final, hemos ido sobreviviendo para encontrar cosas y sentirnos un poco mejor, pero al final era eso. Después, con lo que tenemos y en cuanto a ritmo, estoy contento. El paquete está cogiendo forma, aunque nos falte lo que sé que nos falta, el potencial está ahí y hay que dar una tecla ahora en invierno para crear lo que creemos que hay que crear. Y el motor, sobre todo, para el año que viene».
Un motor que sigue pasando fases de durabilidad y fiabilidad, y que aún no tiene todo el 'grifo' de potencia abierto: «Sé que va a ser progresivo, como así lo ha sido desde que empezamos en Misano, hubo un poco más en Sepang y ahora sí ha sido el mismo. Creo que en el Shakedown será otro paso, pero no a 'full'. Será progresivo. Igual en Buriram da otro pasito en el test y espero que en la primera carrera estemos a tope ya, deberíamos. Lo bueno es que también tenemos que trabajo que poner a punto en cuanto a geometrías, chasis y todo. Pero sí, sin motor no podemos empezar la temporada que viene».
«Desánimo no hay, hay mucho, mucho ánimo»
La marca de Iwata no ha llegado sobrada de material de esta nueva versión para el test de Valencia. Todos los pilotos contarán con el prototipo V4... pero poco más. Por ese motivo, Augusto Fernández ni siquiera rodará en las pruebas de Cheste y tenía que se cauto para no sufrir alguna caída aparatosa que pudiese destrozar alguna de sus motos, lo que habría comprometido el programa de test del resto.
Ante esta tesitura, y aunque parezca complicado (o imposible en algún caso), considera importante transmitir paciencia a Quartararo, Rins, Razgatlioglu y Miller: «Sí, es difícil, porque al final ellos van a correr con esta moto. Con Fabio lo comentaba, porque ha hecho cinco poles este año, y para mejorar eso... Hay que tener un buen paquete. Lo malo es que, sinceramente, quizá no es en Sepang tampoco. Hay que tener esa paciencia. Ya estaremos encaminados, pero sí que hay que tener un poquito de paciencia, sobre todo ahora para no alamar y para aclarar la dirección que tenemos que tomar, que ellos también nos lo confirmen. Sin alarmas, por si no sale el tiempo. El trabajo está bien hecho y estoy curioso de ver el martes y miércoles que dicen ellos», respondía a MOTORBIKE MAGAZINE.
Preguntado por si se puede mandar un mensaje tranquilizador en estos momentos, es claro: «Ahora no, porque no se tienen que dormir aquí. Creemos que la dirección la tenemos clara, pero ahora hay que crearla y que sea verdad que lo que traigan en Sepang sirva para ellos. Es una marca que tiene que ganar Mundiales, no hacer apariciones, así que imagínate si tienen trabajo. Veremos con el paquete de Sepang si puedo dar un mensaje tranquilizador, pero ahora no».
Lo que siga deja patente el mallorquín es que no falta el ánimo y la motivación en Yamaha ante un proyecto nuevo que aún tiene mucho margen de mejora... si bien también tiene un largo camino por delante: «Desánimo no hay. Hay mucho, mucho ánimo porque hay un proyecto muy gordo entre manos, en el que confiamos todos mucho. Es normal que Fabio esté descontento; ya veremos el año que viene cómo se siente con la moto, esperemos darle una para pueda pelear por carreras y luego veremos la decisión que tome o no tome. Desánimo no hay, hay ganas de trabajar. Lo único que nos falta es tiempo para probar cosas. Yo paro de aquí al Shakedown porque ellos tienen que currar y crear algo que va a llevar tiempo. Pero ánimo sí que hay por parte de la fábrica», añade con optimismo el probador de Yamaha.








