Han pasado cuatro días desde que se proclamó Campeón del Mundo de MotoGP por séptima vez (y novena en su carrera sumando todas las categorías) y Marc Márquez aún sigue dentro de la nube. Entre celebraciones, eventos y entrevistas, al flamante campeón no le ha dado tiempo para terminar de asimilar lo conseguido el pasado domingo ni para descansar, y ya está en Indonesia para volver a subirse a la moto y afrontar los últimos cinco Grandes Premios de la temporada.
«La sonrisa sale más fácil, pero tengo más cansancio de lo normal», comenzaba explicando al micrófono de DAZN. «Es lo que tiene: te vas de fiesta, te levantas peor, la resaca dura un poco más, eventos, entrevistas... A ver si hoy puedo recuperar un poco y empezar el fin de semana con un poco de energía», añadía.
Eso en el aspecto físico. En el emocional, aún le cuesta canalizar todas las emociones: «Aún no puedo ver vídeos. Si los miro, aún me emociono. Poco a poco; tengo que llegar a casa y entender todo lo que ha pasado. Pero ya ves cómo es la vida: ganas y mañana otra vez encima de la moto, pero con una mentalidad un poco más suave, diferente».
Reconoce que afronta el tramo final de la temporada de forma muy diferente a cuando ganó otros títulos con mucha antelación: «El principal objetivo es que ese bajón de adrenalina no afecte en errores sin buscarlos. Me ha pasado muchos años: eres campeón, te baja la adrenalina y te baja la tensión, y a veces cometes errores que no tocarían. La mejor manera de acabar el año es de una manera estable. Cuando hace tiempo ganaba y me quedaba alguna carrera, tenía la mentalidad de hambre diferente, quería llegar a la siguiente para arrasar. Y ahora es diferente, simplemente hacer estas cinco carreras sin presión. Buscando el máximo, pero sin esa presión que hemos mantenido durante estos últimos años».
Nada tiene que ver con aquel Marc Márquez que pedía que le 'soltasen la correa' en el box cuando ya era campeón: «No hace falta, ya no tiro. Ya habrá tiempo para tirar, para preparar el año que viene y para seguir con la misma ambición, pero ahora intentar coger los riesgos justos y necesarios».
Pese a todo, llega a Mandalika con un reto, pues es junto a Portimao el único circuito en el que no ha ganado. Aun así, asegura que lo afronta «sin presión. En Indonesia no es que no haya ganado, es que nunca he acabado una carrera, que es peor. Así que el primer reto es acabar la carrera, intentar luchar por ese podio como en los otros fines de semana. Pero es uno de los circuitos que históricamente se me han atragantado un poco, a ver si podemos estar cerca de los primeros».
«Tengo que acabar el año sin hacerme daño»
En su encuentro con los medios españoles desplazados a Indonesia, reconoció que, al menos a día de hoy, no tiene muchas ganas de subirse a la moto y que habría necesitado algo más de descanso: «No me apetece nada ahora. Preferiría haber hecho una semana o dos más relajado y descansando y procesando, pero la vida es así y tenemos también que subirnos».
Eso sí, vuelve a recalcar que lo afronta de forma diferente al pasado y con un objetivo: no hacerse daño: «Sin la presión que me ponía a mí mismo en el pasado. La gente podrá decir lo que quiera, porque es libre de opinar, pero en el pasado era de: "Venga, va, ahora he ganado, ya he cerrado el título y a intentar ganar las máximas carreras posibles". Siento una cosa diferente, y siento que tengo que acabar el año sin hacerme daño y con la misma mentalidad de equilibrado, o sea, ser constante para preparar de la mejor manera el 26, y porque no tengo ganas de ponerme más presión, que ya he tenido suficiente estos últimos años», decía en declaraciones que recoge As.com.
Preguntado por la lucha por el subcampeonato entre su hermano Álex y Bagnaia (66 puntos a favor de Álex) y sobre si se le puede ayudar, siendo Bagnaia su compañero, se mostraba tajante: «Voy a entrar cero en eso. Cada uno hará lo suyo y yo haré mis carreras; daré el cien por cien, si tengo que gestionar de una manera o de otra como he hecho durante todo el año lo haré, para sacar el máximo resultado para mí el domingo, ya que dos pilotos Ducati, uno oficial que es mi compañero y otro que es mi hermano se juegan el subcampeonato. Pero Álex tiene suficiente velocidad para conseguirlo por sí solo. Dicho esto, lo normal es que quedara Pecco segundo en un campeonato a falta de cinco carreras. El resumen de un año son 22 carreras, se hace en Valencia, y es ahí donde, a priori, si Álex hace tercero con la Gresini iguala mi resultado, con un equipo satélite y con una moto del año anterior».








