Galfer es toda una referencia en el mundo de los frenos de moto, una marca que no necesita presentación, y es tal su prestigio que con solo ver su logotipo ya sabemos que es sinónimo de confianza. Pero ahora tendremos que acostumbrarnos a una nueva imagen, porque la firma con sede en España ha renovado su identidad visual.
Galfer, pionera en sistemas de frenado para moto y bicicleta, ha vuelto a demostrar por qué sigue a la vanguardia desde su fundación en 1952. Desde entonces ha forjado su reputación gracias a la innovación y un compromiso inquebrantable con la calidad y la seguridad. Durante más de 70 años, sus discos y pastillas de freno se han probado en las condiciones más exigentes del mundo de la competición, consolidándose como la elección de referencia tanto en las pistas como en la calle, en motos de todo tipo, tanto asfálticas como off-road.
Este año, Galfer ha dado un paso estratégico importante al presentar una renovación completa de su imagen en el Salón EICMA de Milán 2024, uno de los eventos más relevantes de la industria. La compañía ha tomado la iniciativa de modernizar su identidad visual para estar a la altura de los desafíos de un sector en constante cambio, y que demanda marcas globales con una identidad sólida y reconocible.
La nueva identidad visual de Galfer
La renovación de la imagen de Galfer responde a la entrada de un nuevo director general y un nuevo director de marketing, ambos comprometidos con posicionar la marca en un nivel superior. Con un enfoque claro en el fortalecimiento de su presencia global, la compañía ha presentado un nuevo logotipo de líneas estilizadas y modernas, que refuerza su carácter robusto y competitivo, en línea con su ADN de competición. Este nuevo diseño, junto a una paleta de colores vivos y dinámicos, refuerza la identidad de la marca y su vinculación con el mundo de las carreras.
Además de la actualización estética, esta transformación visual subraya el compromiso de Galfer con la innovación tecnológica, uno de los valores fundamentales que han posicionado a la empresa entre las referencias del sector. La marca busca proyectar una imagen que simbolice su evolución constante y su capacidad para responder a los desafíos del futuro sin dejar de lado su legado y sus raíces. Este rediseño es una muestra de que, aunque Galfer sigue apostando por la tecnología de vanguardia y la seguridad, mantiene intacta la pasión que los ha impulsado durante décadas.
Con esta nueva imagen, que cambia pero que no pierde la esencia a la que estábamos acostumbrados, la empresa reafirma su posición como sinónimo de fiabilidad y excelencia en el mercado global de sistemas de frenado para motos.
