A finales de 2015, cuando el enfrentamiento entre Valentino Rossi y Marc Márquez estaba en pleno auge, asistimos a la presentación internacional de la Yamaha XSR700, en la que nos encontramos por sorpresa con una divertida carrera de aceleración que se convirtió en todo un pique España vs. Italia.
¿Qué cómo acabó aquello? La chica de la bandera nos lo cuenta…
Para la presentación internacional de la Yamaha XSR700 teníamos preparada una sorpresa que, a juzgar por las caras de los periodistas cuando llegaron, fue algo tan inesperado como emocionante.
Pero lo que no nos podíamos creer es que esta original actividad se iba a convertir en casi un asunto de estado…
Nunca nos hubiéramos imaginado que apenas cuatro días antes de este evento, Márquez y Rossi abrirían la caja de truenos en una carrera de MotoGP que recordaremos por muchos años.
Y allí estaba yo, dando la bandera de salida un buen número de pilotos dispuestos a darlo todo por llegar a la final y demostrar qué país tiene a los periodistas más rápidos.
Y entre los grupos de periodistas, uno era de españoles y el otro de italianos… y con el incidente entre Marc y Valentino muy presente, fueron pasando las rondas y banderazo a banderazo llegamos a una final que, como no podía ser de otra forma, se libró entre un español y un italiano…
Ambos finalistas llegaron a la línea de salida. Sus caras reflejaba presión, y en mis manos, la bandera que decidía el comienzo de la última carrera, la que separaría vencedores de vencidos.
Tres, dos, uno, y cerré los ojos queriendo no ver una patada o un cabezazo entre ellos…
Pero la carrera, como todas las anteriores, se disputó de forma limpia y en un ambiente mucho más cordial del que actualmente podríamos haber imaginado en un enfrentamiento Italo-ibérico.
¿Que de qué lado cayó el premio? De los españoles, ¡claro!
¿O te pensabas que nos iba a ganar un italiano?































