Historia de la Yamaha R1
La Yamaha YZF-R1 es una de las motos más deseadas de la época moderna. Hacemos un repaso a su historia, sus modelos y los hitos tecnológicos que ha supuesto este modelo para el motociclismo.
Muchos recordarán aquellos días de los años noventa en los que las marcas, sobre todo las japonesas y las italianas, se embarcaron en una carrera por ofrecer las superdeportivas más avanzadas. El Mundial de Superbike ya era bastante maduro y cada año teníamos una nueva moto que pretendía romper los esquemas... Hasta que llegó la Yamaha YZF-R1. Era el año 1998 cuando irrumpió en el mercado. Pero no salió de la nada. La saga FZR y el modelo intermedio Yamaha Thunderace ya nos habían demostrado que Yamaha también iba a tener buques insignias en el segmento de superdeportivas de 4 tiempos.
De ellas, la nueva Yamaha YZF-R1 heredó una configuración de motor 4 cilindros en línea, con 5 válvulas por cilindro y la ingeniosa válvula de escape EXUP que le aportaba un gran rendimiento, pero con una estructura que le permitía ahora ser un conjunto mucho más compacto. No habría sido nada sin la nueva generación de chasis de aluminio de doble cuna denominada Deltabox, que le dio un equilibrio de rigidez y agilidad envidiables. El resto de componentes estaban a la altura de lo que se podía esperar de esta avanzadísima máquina. Y, por último, la Yamaha R1 enamoró con una estética muy novedosa y muy agresiva que la convirtió en una de las más deseadas.
Más de veinte años después, la saga de la Yamaha YZF-R1 ha certificado una evolución constante, muy interesante para los clientes de motos deportivas y una moto ganadora en competición. Hoy en día la R1 sigue rompiendo moldes con una familia que se actualizó por completo en 2015 con un diseño muy rompedor, pero sobre todo unos avances en el motor, en la parte ciclo y, sobre todo, en la electrónica, que la vuelven a colocar entre los nombre propios de la vanguardia del motociclismo.
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Todas las Yamaha YZF-R1 de la historia (1998-2019)
Ediciones especiales de la Yamaha R1
Como cabía esperar de un modelo que se hizo tan icónico de la marca, han surgido bastantes ediciones especiales a lo largo de los años. Normalmente, han sido ediciones muy similares a los modelos estándar de la R1, pero con esquemas de color o decoraciones diferentes, como las réplicas de las decoraciones de MotoGP que llevaban Valentino Rossi y Jorge Lorenzo o las del Mundial de SBK de la R1 de Ben Spies o Noriyuki Haga. La YZF-R1 también ha sido el lienzo para los artistas de Yamaha que han querido sacar pecho de la historia de la marca en la competición, haciendo ediciones especiales celebrando el 50º y el 60º aniversario o haciendo homenajes a leyendas como Giacomo Agostini.
Sin embargo, entre estas ediciones especiales de la Yamaha R1 nos gustaría destacar dos modelos. En primer lugar, hay que ir al año 2006 para hablar de la la Yamaha YZF-R1 SP. Además de las evidentes mejoras que el modelo estaba viendo en cada generación, en la marca de Iwata quisieron demostrar que su superdeportiva era de verdad un arma de circuito. Para ello, equiparon esta SP con suspensiones Öhlins 'pata negra' ajustables, entre otros detalles 'top', en una tirada muy limitada (500 unidades para EEUU y otras 500 unidades para Europa). Hoy en día, es una de las motos más deseadas por los amantes de la R1 y las motos de colección.
Pasaban los años y muchos echaban de menos una R1 como la SP actualizada, artillería pesada para atacar el crono desde que saliera del concesionario. Manteniendo esta premisa y aprovechando el desembarco de toda la tecnología más 'MotoGPera' de la última generación, lanzada en 2015, llegó también la Yamaha YZF-R1M, una edición limitada para circuito que aprovecha los últimos desarrollos de la R1, tanto en su motor, parte ciclo como electrónica, pero que sobre todo añade detalles específicos de alta competición nunca vistos hasta ahora. Tanto es así que estamos ante una moto dirigida sobre todo a equipos de competición, pilotos profesionales o todos aquéllos que quieren una moto de colección digna de admirar. Öhlins vuelve a ser un elemento diferenciador, ahora con suspensiones electrónicas y un nivel de ajuste casi infinito, pero también otros elementos como el uso del carbono, una unidad de control de comunicaciones con GPS (para controlar multitud de parámetros relacionados con el pilotaje), la conexión por WiFi con dispositivos o los neumáticos Bridgestone específicos.
Yamaha R1: Ediciones especiales SP y R1M
Tecnologías clave de la Yamaha YZF-R1 en su historia
Si la Yamaha YZF-R1 ha pasado a la historia no es sólo por su cara bonita sino por los hitos tecnológicos que ha ido consiguiendo a lo largo de los años con sus respectivas actualizaciones. La R1 fue una revolución, pero una parte importante de su eficaz conjunto, empezó a desarrollarse antes de nacer esta superbike, una nueva demostración de la apuesta por la tecnología que siempre ha estado asociada a Yamaha.
A continuación, vamos a destacar algunas de las características más importantes por las que la Yamaha R1 es un modelo clave.
Chasis Deltabox
Para hacer justicia, hay que decir que el chasis de doble viga perimetral se lo debemos adjudicar al añorado Antonio Cobas, ingeniero español que revolucionó la competición con sus chasis que unían la pipa de la dirección con el basculante de la manera más recta posible y con el motor funcionando como elemento autoportante. Fue tan innovadora y eficaz esta solución (mejorando sensaciones, reparto de pesos, paso por curva y estabilidad) que las marcas más poderosas no pudieron obviarlo y rápidamente aplicaron el concepto a sus propias creaciones.
De ahí nació el chasis Deltabox de Yamaha, utilizado por primera vez en la TZR250 de 1985 aunque su puesta de largo en la calle fue con la Yamaha FZR1000 en 1987. Además de sus cualidades dinámicas, es muy propicio para las motos de calle por su facilidad de fabricación y ergonomía, con espacio suficiente para el air-box y con un acceso muy fácil para realizar el mantenimiento necesario. La estructura de este bastidor Deltabox también se caracteriza por su forma triangular, de ahí su nombre Delta. Poco a poco se fue evolucionando el concepto y utilizando aleaciones de aluminio cada vez más resistentes que pudieran combinar rigidez y ligereza.
Como podía esperarse, la Yamaha YZF-R1 de 1998 también confió en el chasis Deltabox y hoy nadie puede separar este bastidor del nombre R1. Dos años después se instaló el nuevo Deltabox II, con ciertas mejoras, pero en 2002 llegó el Deltabox III, un nuevo chasis con una nueva forma de construcción hidroformada, reduciendo considerablemente el número de soldaduras, lo que se tradujo en un aumento de la rigidez en nada menos que un 30%. También introdujo una construcción asimétrica, con forma de delta en el brazo izquierdo y arqueada en la derecha para adaptarse al tetracilíndrico y a sus componentes. Pasando por alto la lógica correlación de la cuarta generación, llegó el Deltabox V para la Yamaha R1 del 2004, con una forma diferente, ya que no abrazaba la culata al estar los cilindros más inclinados hacia delante y las vigas del chasis bajan más rectas desde la pipa de dirección. A día de hoy, no sólo la Yamaha YZF-R1 sigue teniendo un chasis basado en este mismo concepto Deltabox, sino que son muchos los modelos asfálticos de la marca los que cuentan con este tipo de bastidor.
Concepto de motor Genesis: 5 válvulas por cilindro
Igual que el chasis Deltabox, el concepto de motor de la R1 no es nuevo ni mucho menos. Si el motor de 4 cilindros se había instaurado como uno de los preferidos por muchos fabricantes para sus motos deportivas de gran cilindrada (sobre todo las japonesas), lo que sí era algo propio de Yamaha fue el concepto Genesis, es decir, instalar 5 válvulas por cilindro. Fue visto por primera vez en una moto de calle en la Yamaha FZ750 de 1985, con un tetracilíndrico en línea con los cilindros inclinados 45º hacia delante y con la mencionada disposición de 5 válvulas por cilindro, tres de admisión y dos de escape, una característica que se denominó Genesis. Tras la FZ, llegó dos años después la Yamaha FZR1000 Genesis, la que puede considerarse el primer germen de la R1, pero la peculiar culata estaba en casi todos los modelos de Yamaha de altas y medias cilindradas con motores de 1, 2 ó 4 cilindros de diferentes estilos, todo un argumento tecnológico tanto en la competición como en la calle.
Trail, asfalto, deportivas, enduro, motocross... El concepto Genesis ha salpicado la gama de Yamaha durante las últimas 3 décadas en todos sus segmentos. Pero el modelo estrella donde su evolución fue más lejos fue con la Yamaha YZF-R1, consiguiendo sacar el máximo partido a esta configuración de culata. Este motor duró hasta el modelo de R1 2008, último modelo de asfalto Genesis de la marca antes de volver a las 4 válvulas. Después, las cinco válvulas siguieron utilizándose en el off-road hasta que se abandonaron definitivamente con la Yamaha WR450F de 2015.
Crossplane, nuevo concepto de cigüeñal y encendido en la R1
De manera convencional, los motores de 4 cilindros y 4 tiempos con un encendido 'plano', se produce una explosión cada 180 grados (2 a 2). Sin embargo, el cigüeñal Crossplane presentado por la marca japonesa con la Yamaha YZF-R1 de 2009 ofrece un encendido desigual con explosiones cada 270° - 180° - 90° - 180°. Cada cilindro gira de manera independiente y este encendido provoca una tracción más eficiente sobre todo en bajas y medias revoluciones, con mejor aprovechamiento del par, menor resistencia de inercias y un desgaste más benévolo del neumático trasero.
Ya en los noventa Honda había jugado con diferentes tipos de calado a los habituales. Recordemos el big-bang introducido en las motos de gran premio de 2 tiempos (encendido acumulado al mismo tiempo). En los 4 tiempos, en el encendido convencional ocurre lo mismo, con dos cilindros subiendo y dos bajando. De los dos que están subiendo, uno hace explosión, pero el ciclo de las 4T provoca que la explosión no se repita hasta dos giros después, es decir, 720º para realizar las cuatro explosiones. Cada una de ellas tiene que hacer frente frenando la fuerza ascendente de dos cilindros y empujar la ascendente de los otros dos. En el caso del Crossplane, las muñequillas o codos del cigüeñal no están a 180º (plano) sino a 90º, haciendo la forma de una cruz (cross) al verlo de frente. Si un pistón está en plena explosión, otro está al final de la carrera (abajo) y los otros dos están en la mitad de la carrera, uno subiendo y el otro bajando. Así, la explosión no tiene que hacer frente a tanta resistencia porque las inercias generales son menores. El piloto siente así un motor muy progresivo y con buena respuesta en bajos y medios, además de poder subir mucho de vueltas como otro tetracilíndrico.
La aplicación de este descubrimiento se hizo con éxito en la Yamaha YZR-M1 de MotoGP y rápidamente lo aplicaron a la Yamaha YZF-R1 2009 de calle. Sin duda, fue toda una jugada maestra y una espectacular obra de ingeniería.
Desarrollos de MotoGP para la Yamaha R1
Como veis, Yamaha siempre ha apostado por introducir sus logros en competición rápidamente en sus modelos de calle, como en el caso del cigüeñal Crossplane. La llegada de las MotoGP de 4 tiempos al mundial de motociclismo obligó al departamento de competición de Yamaha a concretar sus esfuerzos alrededor de estos motores. Tras el estreno de las MotoGP en 2002, parecía evidente que los avances realizados en este campo iban a acabar beneficiando a la Yamaha R1. Dicho y hecho, en 2004 se presenta una nueva evolución de la superdeportiva, considerándose la primera moto de serie en conseguir un ratio de peso-potencia de 1:1, sin duda, resultado del trabajo realizado en la máxima competición, algo que se notó en otros componentes como el basculante de tipo truss o las pinzas de freno de anclaje radial.
MotoGP iba avanzando durante la década con motos cada vez más desarrolladas y afinadas en su funcionamiento, algo de lo que se veían beneficiadas las deportivas de calle o de otros segmentos con componentes de mejores calidades. La electrónica también se empezaba a aplicar y fueron llegando el acelerador electrónico y control de admisión (2007), mapas de motor (2o09) y continuas evoluciones de la centralita. Sin embargo, es la edición de Yamaha YZF-R1 2015 la que puso el mundo del motociclismo patas arriba con un despliegue tecnológico digno de una nave espacial y basado en la tecnología utilizada directamente por la M1 de MotoGP.
Una de las claves fue la instalación de la unidad inercial IMU, mediante la cual se han podido desarrollar asistentes a la conducción que parecen magia: ABS con frenada unificada inteligente, control de tracción sensible a la inclinación, control de derrape, control de elevación de la rueda delantera (para evitar wheelies), control de salida, cambio rápido ascendente sin necesidad de utilizar embrague (hoy también para bajar marchas), modos de potencia más desarrollados y personalizables... El culmen de este desarrollo tecnológico se escenifica en la Yamaha YZF-R1M, la versión más radical y más similar a lo que es una moto de gran premio mostrando tecnologías como las suspensiones electrónicas, un control de comunicaciones con conexión inalámbrica y localización por GPS en circuito... ¡y lo que nos queda por ver!
Simulador cuadro de mandos de la Yamaha YZF-R1M
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