Yamaha afronta un test clave: ¿habrán acertado con el motor 2023?

Tras perder el título en 2022 al desaprovechar una ventaja de 91 puntos con Bagnaia, Yamaha y Fabio Quartararo encaran el inicio del 2023 con un único objetivo para los test de Sepang: dar un paso adelante en cuanto a potencia y que el nuevo motor de la M1 dé el esperado plus que les permita luchar de tú a tú con las Ducati.


Yamaha arrancó el 2022 con tres objetivos principales: intentar mejorar el motor lo suficiente para tener una M1 más competitiva con la que frenar a Ducati , tratar de revalidar el título y convencer a Quartararo para renovar con una marca en la que ahora es el gran baluarte.

De esos tres objetivos sólo consiguieron el último (y no por ello menos importante), ya que el francés seguirá hasta 2024 defendiendo los colores de la marca de Iwata. El reto de revalidar el título se les fue por el camino tras desperdiciar una ventaja de 91 puntos sobre el piloto que acabó siendo campeón, y el desafío de mejorar la M1 fue un absoluto papel mojado y, por ende, una tarea por hacer de cara a este 2023.

Tras el título de 2021 Yamaha se quedó totalmente estancada y sólo Fabio Quartararo fue capaz de tirar del carro de los de Iwata. El francés se echó a toda la fábrica a sus espaldas para tratar de maximizar en pista las nulas evoluciones de la M1, mientras que Ducati se iba agigantando carrera tras carrera, con sus ocho discípulos siendo cada vez más competitivos y difíciles de batir.

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De un cóctel formado por la imparable evolución de Ducati, el estancamiento de Yamaha y un Quartararo muy errático en algunos momentos clave, el francés acabó perdiendo los 91 puntos de ventaja que había amasado respecto a Bagnaia hasta el GP de Alemania. A partir de ahí, el italiano empezó a encadenar victorias y el francés se fue diluyendo, en buena parte de las ocasiones por la impotencia de verse superado por suma facilidad por las motos de Borgo Panigale.

Quartararo llevó en volandas a Yamaha hasta la pelea por el título en un año nefasto para los de los diapasones: Morbidelli cuajó una paupérrima temporada en el equipo oficial, Dovizioso se retiró antes incluso de acabar el año y Darryn Binder demostró que estaba muy verde para MotoGP.

Además, el equipo RNF (antiguo Petronas) se unió a Aprilia de cara a 2023, lo que dejará un escenario preocupante para los de Iwata: sólo tendrán dos motos y, aunque Quartararo es una garantía, Morbidelli no es en estos momentos ni la sombra de ese piloto que acabó 2020 como subcampeón. Todo ello en un Monster Energy Yamaha que fue el primer equipo de MotoGP en presentar su proyecto para 2023.

Yamaha YZR-M1 2023: en busca de más potencia


Con esa tesitura, con sólo dos motos y la obligación de darle a Quartararo las herramientas necesarias para volver a pelear por el título, se presenta Yamaha en este 2023.

La evolución técnica se ha centrado en un punto concreto: el motor, con el objetivo de ganar potencia y tener alguna opción de luchar de tú a tú con las Ducati. Suzuki ya demostró el pasado año el camino para hacer un motor 4 en línea más potente, pero eso descompensó otras áreas de la GSX-RR. Esa será la lección por aprender para los de Iwata: no obcecarse sólo con la potencia y que su M1 pierda los puntos fuertes, principalmente el paso por curva. Con tal de satisfacer las necesidades de Quartararo, Yamaha fichó como consultor a Luca Marmorini, exjefe de motores de Ferrari en F1.

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Sin incorporación se antoja muy importante para que la M1 de 2023 dé ese paso adelante tan necesario en cuanto a potencia, y el motor ya mostró un paso adelante en los test de Misano del pasado mes de septiembre. No obstante, las pruebas de noviembre en Valencia volvieron a despertar las dudas al no refrendarse dicha mejora, pero el Shakedown de Sepang ha vuelto a dejar buenas sensaciones: Crutchlow, probador de la marca, llegó a alcanzar los 335 km/h en la recta de Sepang, marcando la máxima velocidad punta de los test y quedándose a sólo 1 km/h del récord absoluto de velocidad en Sepang.

Parece que Yamaha podría haber dado con la tecla en este apartado, mientras que también han trabajado en la aerodinámica, presentando un frontal del carenado muy diferente al que lucía la M1 el pasado año. Ahora son Quartararo y Morbidelli los que han de comprobar si esas novedades están a la altura de lo que necesitan y si ‘El Diablo’ puede tener armas para luchar por su segunda corona en la categoría reina.

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