Superdeportiva y lógica, es posible
Hacemos un repaso de las siete fortalezas que muestra la Yamaha R7, una superdeportiva lógica y accesible que ya se ha establecido en el mercado. Aquí los motivos...
Lo ha vuelto a hacer. La marca de los diapasones ha acertado de lleno con su entrada en el segmento supersport de media cilindrada con la Yamaha R7, una decisión que ha permitido disponer al usuario de una opción muy interesante. No viene a sustituir a nadie. No tiene nada que ver con las Yamaha R6, sólo mantenidas ahora como motos de circuito, o la exclusiva y auténtica superbike R7 de finales de los noventa. La nueva Yamaha R7 se propone como un modelo mucho más accesible en todos los sentidos, con una concepción más acorde a los tiempos que corremos y con un mayor alcance en cuanto a tipo de usuarios pueden decantarse por ella.
Conjunto de éxito
La Yamaha R7 era una moto nueva cuando apareció la pasada temporada. Bueno, a medias. Si bien el nombre es el mismo que el de la mítica superdeportiva de finales de los noventa, la actual propuesta no tiene absolutamente nada que ver, con una concepción mucho más lógica que aquella exclusiva superbike.
Lo que cabía esperar era una fórmula que ya había tocado el éxito. El motor bicilíndrico CP2 y su chasis ya habían logrado muy buenos resultados, sobre todo con la Yamaha MT-07, una naked posicionada siempre entre las dos o tres motos de marchas más vendidas desde que nació hace una década. Después ha ido alcanzando interesantes hitos con el mismo motor en diferentes segmentos como el neo-retro con la Yamaha XSR700, el sport-touring con la Yamaha Tracer 7 o el trail con la Yamaha Ténéré 700. Con la misma base, se cubre ahora también el segmento deportivo con la Yamaha R7 y unas premisas muy similares a sus hermanas, por lo que se le puede suponer todo un acierto por parte de la marca de los diapasones.
Motor CP2, clave del éxito
Ya hemos mencionado el CP2, el motor bicilíndrico en línea que ha sido clave del éxito de todos los modelos que lo equipan. Su cilindrada de 689 cc, doble árbol de levas y refrigeración líquida con cigüeñal Crossplane a 270º le permiten declarar una potencia de 73,4 cv a 8750 rpm y un par de 67 Nm a 6500 rpm, cifras que se mantienen intactas respecto a su hermana naked. Sin embargo, sí que hay pequeñas modificaciones como un conducto de admisión optimizado, un diseño de escape modificado y, sobre todo, una centralita que tiene una configuración un tanto diferente de la inyección para darle un toque más deportivo. Este ímpetu también lo gana gracias a una relación de marchas que le permite aceleraciones más enérgicas.
Igual que en el resto de modelos, el propulsor japonés se ha erigido como una unidad muy versátil y que, por lo visto en esta deportiva, también se adapta a la perfección de los usuarios que buscan un poco más de 'picante' en su conducción.
Limitable para el carnet A2
Podemos decir muchas bondades del motor CP2, con una suavidad y progresividad accesible a todo el mundo y un comportamiento muy flexible que te permite realizar consumos muy contenidos en conducción relajada y a la vez te deja darte muchas alegrías a la hora de dar 'gas a fondo'. Además de esto, una de las claves del éxito de las motos que equipan este motor es que es limitable para el carnet A2 y se han convertido en una de las principales opciones para los usuarios que tienen este carnet de moto.
Con la aparición de la Yamaha R7, ahora también se da respuesta a estos conductores que seguramente estaban un tanto huérfanos de motos supersport en estas medias-altas cilindradas. El hueco dejado por las tradicionales supersport dejaba como únicas opciones a modelos de cilindradas bastante más bajas y modestas. No en vano, en el caso de esta marca, existía un espacio demasiado grande entre la Yamaha R3 y la colosal Yamaha R1. El movimiento de Yamaha ha sido una vez más referencia y ha espoleado el mercado, ya que el resto de marcas también se han sacado de la manga sus respectivas propuestas de supersport más lógicas. Una vez más, Yamaha se ha convertido en una de las favoritas en esta pelea.
Sencillez, un gran acierto. Pero sutiles pasos adelante
La MT-07 y el resto de sucesivas variaciones que hemos mencionado han logrado cautivar a muchos usuarios sin grandes alardes y centrándose en el buen funcionamiento de lo más básico, que es el motor y la parte ciclo. Y poco más. Aparte del ABS obligatorio, no había muchos artificios y ha sido más recientemente cuando han llegado pantallas digitales y otros aderezos extras.
Precisamente, la Yamaha R7 ha querido ir un paso más allá, no sólo con una configuración de motor un poco más agresiva sino con otros elementos que le hacen estar en un escalón más elevado y sofisticado, empezando por la pantalla digital en negativo o las luces full-LED.
Para favorecer un comportamiento deportivo, se le ha instalado un embrague anti-rebote, esencial para reducir el riesgo de bloqueos cuando se hacen reducciones bruscas de marcha (muy habitual en conducción deportiva) además de ayudar a suavizar el accionamiento del embrague.
Otro de los dispositivos que no podían faltar en una moto carenada de corte sport y con cierto nivel es el cambio rápido. En este modelo llega sólo en sentido ascendente y como un extra para no encarecer demasiado su precio de partida, pero era un dispositivo que hasta hace poco no estaba ni siquiera como opción en su hermana naked.
Pero también en otros componentes más esenciales se han hecho modificaciones para darle unas capacidades más 'guerreras', empezando por las suspensiones, con una horquilla invertida KYB delante (convencional en la MT-07) de 41 mm y regulable en precarga, compresión (izquierda) y rebote (derecha). Detrás cuenta con un monoamortiguador regulable en precarga y rebote.
También en los frenos se hace toda una declaración de intenciones, delante con pinzas monobloque de 4 pistones de anclaje radial (axial en la MT-07) y una bomba Brembo.
No esperes más. No hay controles de tracción, ni IMU, ni de velocidad... ¡Complicaciones las justas!
Estética y ergonomía deportiva
Lo primero que vemos a simple vista es que la moto ha sido 'vestida' con un carenado completo que le da ese aspecto deportivo habitual. Toma buenas referencias de la reina del catálogo, la Yamaha R1, con líneas afiladas, muy aerodinámicas y gran modernidad.
Sorprende la estrechez de todo el conjunto, incluso más que las pequeñas R3 y R125. Delante también vemos un frontal bastante pequeño y aerodinámico, con una personalidad muy marcada por un faro LED central incrustado en la toma de aire acompañado a cada lado por unas líneas LED de posición que le aportan un aire más sofisticado. Lo mismo ocurre con el piloto trasero, una delgada línea LED que favorece su aspecto afilado.
Para adoptar una actitud más 'al ataque' se le han hecho modificaciones en el triángulo ergonómico. Para empezar, se le han instalado semi-manillares por debajo de la tija que fuerzan al piloto a echarse hacia adelante. También se han reposicionado las estriberas y el asiento, lo que permite tener una posición mucho más agresiva y deportiva. Se nos van los ojos al depósito, que nos recuerda al de la R1 con unas fabulosas entradas de aire y unas formas que la hacen más musculosa además de permitir acoplarse con mayor facilidad.
Precio, oferta especial y estrena moto cada 3 años
Una vez más, la marca japonesa vuelve a destacar no sólo por hacer una moto muy interesante sino por ofrecerla a un precio muy competitivo. La Yamaha R7 parte de un precio inferior a los 10.000 euros (9.799 €), una barrera psicológica muy interesante si tenemos en cuenta todos los componentes de corte deportivo que trae de serie. Es verdad que hay competencia más equipada, más tecnológica y con prestaciones más ambiciosas, pero con un desembolso necesario también más alto. Bien es cierto que otras marcas japonesas ofrecen ciertas alternativas en este segmento, pero o tienen otra estructura de motor que no es bicilíndrica o bien no tienen una actitud tan puramente deportiva como esta R7. Por eso, creemos que se trata de un modelo que se puede adaptar muy bien a un nicho de usuarios que quieren una supersport de verdad, pero al que no les importan tanto las máximas prestaciones o el máximo nivel de tecnologías que desbocan el precio final.
Por supuesto, la marca japonesa también ofrece su plan de compra You Easy Go mediante el cual puedes adquirir tu moto mediante un programa de financiación muy interesante. Además de ajustar la mensualidad a medida, a los 3 años puedes decidir si quedártela (pagando la última cuota), devolverla (sirve como pago de la última cuota) o renovarla por otra moto nueva.
Además, en estas fechas la marca está ofreciendo 1.000 euros adicionales de descuento si entregas una moto usada a lo que hay que añadir el kit de cambio rápido de regalo.
Moto de competición: Yamaha R7 Cup
Sí, la Yamaha R7 se le puede considerar una auténtica moto de competición. Tanto lo ha creído la marca que ha impulsado diversas competiciones basadas en este modelo como montura común para todos los participantes. En España se denomina Yamaha R7 Cup, un certamen que debutó en 2022 con éxito. El año pasado fuimos invitados a la doble carrera de Motorland Aragón y en la segunda temporada también hemos podido repetir esta experiencia inolvidable, esta vez en Alcarrás (vídeo de la experiencia más abajo).
Esta categoría cuenta con una parrilla llena de motos Yamaha R7 pero que cuentan con una preparación especial para circuito con piezas del departamento GYTR (Genuine Yamaha Technology Racing) además de neumáticos lisos Pirelli Diablo Supercorsa SC1. Entre las diferencias con el modelo de calle vemos una centralita GYTR, latiguillos metálicos, pastillas Brembo más deportivas, fibras de carenado de circuito con tornillería rápida, botón de arranque rápido, tapón de depósito, ajustes de horquilla más deportivos y monoamortiguador trasero Öhlins, cambio rápido, protectores de motor GB Racing, diábolos GYTR, semi-manillares más abiertos y más bajos, sistema de escape completo Akrapovic o estriberas más deportivas regulables. Obviamente se le han retirado todas las luces y piezas de homologación (retrovisores, porta-matrícula).
Sin duda, se trata de una forma muy accesible de participar en una competición y sentirte piloto de carreras. Puedes tener una Yamaha R7 e instalarle el kit de carreras GYTR, pero también puedes alquilarla sólo para las carreras.