Yamaha pide perdón y sus pilotos exigen soluciones
La sequía de Yamaha se sigue ampliando y la brecha con Honda y Ducati es cada vez mayor. El GP de Austria, donde los problemas de aceleración se hacían más evidentes que en ningún otro trazado, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Rossi pide con más vehemencia que nunca una reacción que no llega y que quizá pasa por replicar algo que Honda y Ducati sí han hecho.
La crisis de resultados de Yamaha en MotoGP empieza a ser insostenible. La situación ha llegado a tal extremo que hasta el máximo responsable técnico de la firma de los diapasones, Kouji Tsuya, compareció el sábado ante los medios para pedir disculpas públicamente a sus pilotos, un hecho insólito que no hace más que ratificar lo delicada que es la situación.
Una situación que, por cierto, no es nueva. Desde hace más de un año, Yamaha se encuentra inmersa en problemas de gestión de la electrónica que derivan en un déficit de aceleración. La marca no ha logrado ninguna victoria desde el GP de Holanda del pasado año; es decir, que acumulan 21 carreras sin ganar, lo que supone su peor racha en la era MotoGP. En Red Bull Ring, donde este fin de semana se ha disputado la undécima cita de la temporada, Yamaha ha registrado su peor fin de semana del año, porque si hay un trazado especialmente 'cruel' con los problemas de aceleración, ése es el austriaco. Todo ello a pesar de que Rossi ha vuelto a sacar petróleo el domingo, maquillando la situación con el sexto puesto después de salir 14º. Viñales, por su parte, ha concluido 12º, incluso un puesto por detrás de su posición de parrilla.
Mientras Yamaha no da con la tecla en sus problemas con la electrónica, Honda y Ducati siguen superando a la marca japonesa con relativa facilidad carrera tras carrera. De hecho, en algunas citas la brecha es demasiada amplia, como sucedió en Brno y, sobre todo, en Spielberg. Ambas marcas no tienen problemas en lo referente a la electrónica, están un gran paso por delante en ese apartado y ese es el espejo en el que Rossi quiere mirarse.
¿Cuál es la diferencia entre Ducati y Honda respecto a Yamaha?
Desde que en 2016 entró en vigor la electrónica unificada en la categoría reina, las diferencias entre marcas y equipos se han comprimido al máximo, alcanzando unas cotas de igualdad nunca vistas antes en MotoGP. La centralita única Magneti Marelli ya llegó en 2015, pero al año siguiente fue cuando por primera vez se hizo obligatorio utilizar el software único proporcionado por Dorna, anulando la posibilidad de que cada fabricante pudiera desarrollar su propia electrónica. Que cada marca utilizara su propio software elevaba las diferencias entre las fábricas con más recursos sobre las menos 'pudientes', pero ese aspecto desde 2016 ha variado sustancialmente.
Estamos hablando de un elemento de una importancia capital en MotoGP como es la electrónica. En cuanto se unificó el software, las marcas que disponían de la electrónica más desarrollada sufrieron al pasar a otra más 'rudimentaria'. A Honda le costó bastante adaptarse al cambio. Y es que, pese a que la electrónica es la misma para todos, hay que tener la certeza de saber navegar entre ese mar de sensores y parámetros para hacer funcionar el software lo más correctamente posible. De hecho, hay algunos componentes que aún son de gestión libre como la plataforma inercial, que también pasará a ser única para todos en 2019.
Ducati fue quizá la que menos notó el cambio. Era la marca que más experiencia tenía trabajando con Magneti Marelli y, además, disponía de ingenieros dentro de su equipo con bastante camino recorrido en este apartado y con suficientes conocimientos de la centralita de la compañía italiana. ¿Qué hizo Honda para equipararse en este aspecto? Contratar personal. Concretamente, una "cabeza pensante", la de Filippo Tosi, un auténtico maestro para interpretar la información de la centralita y conocer los entresijos que se esconden en ella.
De hecho, no viaja ni a las carreras, pero su trabajo es fundamental. Es un arma en la retaguardia que tiene Honda, como ya te contamos allá por el mes de mayo en el número 41 de nuestra revista. Es sólo una pieza más en el engranaje, pero una pieza que por ejemplo en Yamaha no existe. Tosi se formó en Ducati, estuvo siete años allí dentro, para pasar después a Magneti Marelli, de donde le fichó Honda. Su llegada coincidió con la importante mejora de la firma del ala dorada en la electrónica.
Ducati también está bien cubierta en ese sentido, mientras que en Yamaha no parece haber un gurú que encuentre la solución a unos problemas que llevan sufriendo más de un año.
¿La solución está fuera?
«¿El problema pasa por buscar la solución fuera, con personas de fuera de Yamaha?», le preguntaba Izaskun Ruiz -Movistar MotoGP- a Valentino Rossi este sábado en Austria, y el italiano daba una respuesta muy buena, con pulla a Yamaha incluida: «Para mí el problema está muy claro, es lo mismo que digo desde hace tiempo. Hay que ver si se creen lo que estoy diciendo, en primer lugar. En mi opinión, técnicamente hablando, nuestros ingenieros japoneses eran muy buenos con la electrónica mientras ésta dependía de Yamaha. Todo lo que se hacía iba bien, y nuestra moto electrónicamente funcionaba bien. Los problemas llegaron cuando hubo que introducir la centralita única de Magneti Marelli y ahí se iniciaron, pero no sé cómo se resuelven».
«A lo mejor la solución la tiene un italiano de Magneti Marelli...», re-preguntaba con muy buen tino la periodista de Movistar MotoGP. «Puede ser», respondía Rossi con una sonrisa. «Veremos, yo no organizo el equipo, a mí me gustaría encontrarme las cosas que funcionen y que sea pronto. Ya tengo una cierta edad, si esperamos más... Quizá lo tengamos a punto cuando yo ya lo haya dejado», apostillaba el italiano después. Recordemos que le queda contrato con Yamaha para esta temporada y las dos siguientes. Se retirará a los 41 años, pero sabe que quedan pocos trenes a los que subirse y que están desaprovechando un año en el que el de Tavullia se está mostrando a un óptimo nivel los domingos.
Fichar talento de fuera de la marca que entienda perfectamente el funcionamiento de la centralita y que pueda atajar los problemas con mayor celeridad parece una de las soluciones que Yamaha necesita de forma inmediata, pero continúan sin mover ficha en ese apartado. Los dos pilotos esperan soluciones desde el inicio de temporada y no llegan, lo que está derivando en una situación tensa. Y Rossi, que es quien más tiempo lleva avisando, ya no se guarda nada a la hora de hablar.
Una frustración más que evidente
Echando un vistazo a la clasificación, quizá a estas alturas de temporada sigue pareciendo sorprendente que Valentino Rossi aún siga en la segunda posición del campeonato. A sus 39 años, el piloto italiano está cuajando una de sus mejores temporadas de los últimos tiempos, pero con todo y con eso, sólo le da para estar a 59 puntos de un binomio Honda-Márquez que está aplastando este curso.
Rossi está sacando petróleo domingo tras domingo y sólo su regularidad, unida a los errores que han acumulado en citas anteriores Lorenzo y Dovizioso, explican que siga en el segundo puesto del campeonato, aunque ya ha advertido en varias ocasiones que no tardará en ser superado por las Ducati. El italiano lleva cinco podios, está superando continuamente en las últimas carreras a su compañero de equipo -le saca ya 29 puntos a Viñales- y ya ni siquiera hay 'efecto Zarco' que valga; el francés se ha diluido bastante. Es decir, que Rossi está en su derecho de quejarse porque en estos momentos es quien le está sacando las castañas del fuego a Yamaha, aunque en casos como el de Austria tenga que ser con un sexto puesto a 14 segundos del ganador y después de remontar ocho posiciones en carrera.
El poder que tiene el italiano en Yamaha es incuestionable, pero los japoneses no están haciendo caso a sus peticiones y todo eso se está tornando en desesperación. Las cosas de palacio van despacio, y si el palacio es japonés, el proceso se demora aún más; en Yamaha están demostrando no ser especialmente reactivos a la hora de solventar los problemas.
Ya no hay declaración del #46 que no acabe con mensaje destinado a la marca de los diapasones, y eso es algo que hasta hace poco tiempo no era habitual. «Lo más frustrante es que llevamos más de un año con el mismo discurso y no ha cambiado nada. Los problemas son los mismos», comentaba Rossi en Movistar MotoGP el sábado.
Dos días antes, dejaba también en el tintero en el mismo micrófono otra declaración contundente: «No somos competitivos como son Honda y Ducati, y así es difícil. En mi opinión, ellos han hecho un esfuerzo más grande que Yamaha en los últimos tiempos, invirtiendo más dinero y trayendo a más gente. Necesitamos saber si nuestra fábrica también quiere hacerlo. Todo depende mucho de la motivación y de las ganas que Yamaha tenga de ganar», pronunciaba el italiano. Aviso para navegantes; Rossi ya no se muerde la lengua. Ante las disculpas de Yamaha, Rossi siguió pidiendo soluciones: «Las disculpas están bien, pero me gustaría más que se hiciera algo para tratar de ser más rápidos», expuso.
La crisis está en el aire, es palpable y necesita soluciones rápidas. Yamaha hará un test privado en Misano y otro en Aragón para agilizar el proceso, porque la situación ya es muy delicada. Entre tanto, Viñales sigue sin encontrar el camino en su lado del box y está inmerso en otro tipo de problemas que, junto a los que hay en el apartado técnico, están haciendo que el rendimiento del gerundense esté siendo todavía más bajo. Aún tienen por delante ocho carreras para intentar remontar el vuelo en este 2018, frenar la sequía más grande su historia y tratar de estar al nivel de Honda y Ducati, aunque por lo menos sea para pintar un panorama más alentador de cara al próximo año.