La imagen que ilustra este texto tuvo lugar en el podio del circuito de Assen y tiene como protagonistas a los mismos que han desencadenado ríos de tinta tras su duelo sobre el mítico asfalto de La Catedral. La foto no pertenece al Gran Premio de 2015, sino al de 2013, pero sirve a la perfección para esclarecer las ideas que esconden estas líneas.
Un choque de botellas que, por cierto, también se dio este sábado, pero que fue mucho más descafeinado. Ha habido importantes cambios en la relación de estos dos ases del motociclismo. Argentina provocó una herida que al salir de Holanda era mucho más profunda.
La carrera de Assen, que durante muchos compases pareció una partida de ajedrez, acabó siendo un pulso entre gigantes y se convirtió en un partido de tenis en la rueda de prensa posterior, en la que las indirectas volaban de un lado al otro de la red. Sólo faltó un bol de palomitas en las manos de Jorge Lorenzo mientras presenciaba una comparecencia que no dejó indiferente a nadie. El mallorquín no fue protagonista, pero cuando le tocó hablar estuvo a la altura de las circunstancias. «¿Crees que esta rivalidad entre Rossi y Márquez te puede ayudar?», le preguntaron a Jorge. «Si se hubieran caído los dos, seguro que me habría ayudado», respondió el balear con ironía, desatando las carcajadas de todos los allí presentes, incluidos Rossi y Márquez.
Este tipo de bromas sirvieron para enmascarar la tensión que había en la rueda de prensa. Ninguno de los dos estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. Faltaría más. Pero el veredicto definitivo sobre el incidente que había emitido Dirección de Carrera tras estudiar las imágenes era implacable y no había vuelta de hoja.
Márquez, un superdotado del motociclismo, llegó a MotoGP con la potestad de impartir lecciones en lugar de aprenderlas. Basta con mirar los números de sus dos primeras temporadas para comprobar que así lo hizo. Pero esta temporada la situación ha dado un giro radical y parece que alguien ha pinchado esa burbuja que le hacía inmune a la derrota. Está sufriendo en sus carnes las “novatadas” que no vivió ni en 2013 ni en 2014, pero que a buen seguro le aportarán un aprendizaje muy valioso para volver por sus fueros con más fuerza.
El vigente campeón tuvo que claudicar otra vez ante la experiencia y la maestría de Rossi. Para mí, Valentino es quien lleva razón tras este incidente. El ligero toque de Marc le dejó sin margen de maniobra y no tuvo más remedio que salirse de la pista, abrir gas y pasar por encima de la grava más rápido que Tony Cairoli encarando una zona de whoops en el Mundial de Motocross. Pero esto es solamente mi opinión sobre un lance que nos hizo ver de nuevo una verdad irrefutable: Valentino Rossi y Marc Márquez ya no son amigos. Sólo son rivales. Dos rivales que se respetan, pero que ya no se regalan abrazos, de la misma manera que no se regalan ni un centímetro en la pista cuando luchan por la victoria.
Y esta, sin más, es la esencia del motociclismo, la misma esencia que propició un espectáculo en Assen que será recordado para siempre gracias a dos protagonistas que son leyendas vivas de este deporte. Por lo tanto, dejando a un lado todos los fanatismos y opiniones al respecto, lo más adecuado es disfrutar de la buena salud de la que goza la categoría reina gracias a pilotos de la talla de Valentino Rossi y Marc Márquez –y Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Andrea Iannone…-. En un circuito mítico se escribió un nuevo capítulo para la historia, uno de esos que acabaremos contando a nuestros nietos. Por eso, para celebrarlo, pido un brindis por el motociclismo.
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