¿Qué seguro de moto me conviene más?
Analizamos cuáles son los tipos de seguros de moto más habituales y las coberturas más conocidas. Valora la protección que necesitas y podrás decantarte por uno u otro tipo de seguro y compañía más allá del precio que te ofrezcan las diferentes opciones.
A la hora de comprar una moto, uno de los procesos colaterales es también la búsqueda del seguro de moto más adecuado. La clave no es contratar el 'mejor del mercado', ya que seguramente será a un precio muy elevado. Tampoco es buscar el precio más bajo, ya que en este caso quizá estás olvidándote de considerar algunas coberturas que el día de mañana te pueden venir muy bien. Además, el mercado está lleno de empresas y ofertas de toda índole que ofrecen multitud de propuestas.
Esta ventaja de tener una gran cantidad de opciones a nuestra disposición a veces se vuelve en nuestra contra, ya que no sabes por dónde empezar a comparar. Además, en el precio y las coberturas entran en juego multitud de factores que hacen variar mucho los resultados. No es lo mismo contratar un seguro de moto 125 barato y accesible para un conductor de 16 años que se acaba de sacar el carnet A1 que hacer lo propio de una moto superdeportiva de gran cilindrada por un usuario que tiene décadas de experiencia y contratos de seguros previos.
En cualquier caso, lo más básico es entender que los diferentes tipos de seguros de moto y ciclomotor (y también de coche) se suelen dividir en tres categorías. Digamos que sus diferencias estriban en el nivel de protección, las coberturas y las prestaciones que tiene la póliza contratada. No son categorías estancas, ya que las compañías aseguradoras pueden ofrecer y mezclar diferentes servicios, pero sí encontramos rasgos característicos en cada uno de ellos que te contamos a continuación:
Seguro de moto a terceros: Lo básico... y obligatorio
Como debes saber, para poseer y circular con un vehículo, debes contar con un seguro obligatorio con el objetivo de asegurar (valga la redundancia) una responsabilidad civil ante daños materiales y personales que puedas provocar a terceros, de ahí que se les conozca de forma más simplificada como 'seguro a terceros'. Esta premisa es la única que se presume que debe tener la póliza del seguro de moto que hayas contratado por lo que es el seguro de moto más barato, pero también el que menos protección aporta. Todo lo demás es algo que puedes añadir de manera voluntaria aunque no lo necesitas para cumplir con la ley.
Como bien has entendido, este tipo de seguros protegen al resto de usuarios que puedas dañar personal o materialmente. Sin embargo, los daños propios personales y materiales nunca quedan cubiertos, por lo que si tienes un siniestro en el que eres culpable, serás tú el que tienes que afrontar con los gastos de transporte (traslado en ambulancia, por ejemplo) y asistencia sanitaria. Si eres asalariado y sufres el accidente durante tu horario laboral o yendo/volviendo del trabajo, se considera un accidente in itinere, es decir, dentro del marco laboral, por lo que en este caso, los gastos derivados quedan cubiertos por la mutualidad de la empresa.
El pasajero en moto, ¿es un tercero? Depende de la compañía, el pasajero que llevas en tu moto puede quedar cubierto o no en caso de accidente. Algunas compañías sí lo incluyen, por lo que quedaría protegido.
Seguro de moto a terceros ampliado: Una protección mayor interesante
Como su propio nombre sugiere, el seguro de moto a terceros ampliado es una modalidad similar a la anterior, pero con algunas coberturas añadidas que lo hacen muy interesante. Su precio suele ser ligeramente superior, pero suele merecer la pena. En esta categoría suelen enmarcarse las pólizas que, además de la responsabilidad civil ante terceros vista antes, añade las coberturas ante el robo y el incendio de la moto.
En caso de producirse alguno de estos siniestros, ¿cuánto dinero recuperas? Una vez más, depende de la compañía y varía la cuantía que te reembolsan por la pérdida de tu moto. Sin embargo, es bastante habitual una fórmula en la que el primer año de la moto recibirías una indemnización que será el precio del vehículo nuevo. En los años sucesivos, la indemnización se irá reduciendo paulatinamente ya que previsiblemente su valor venal (precio de mercado del vehículo antes del siniestro) también irá bajando. Algunas aseguradoras aportan un valor venal mejorado.
Seguro de moto a todo riesgo: El seguro más completo
El seguro de moto a todo riesgo es el que suele ofrecer el máximo nivel de protección debido a que extiende sus coberturas también a la propia moto y al conductor aunque tú seas el responsable del siniestro. Al añadir estas protecciones, su precio también suele ser el mayor, pero merece la pena si tenemos una moto nueva o una moto de alto nivel cuyas reparaciones de daños pueden ser demasiado costosos. Contrátalo para tener la máxima seguridad y tranquilidad.
Una vez más, existen variantes según las compañías como coberturas de todo riesgo 'clásico' o todo riesgo en colisiones o incluso extensiones de garantía sobre la de fábrica.
Otras coberturas que puedes añadir a tu seguro de moto
Además de esos requisitos principales para que un seguro de moto sea considerado a terceros, a terceros ampliado o a todo riesgo, en todos ellos se pueden incluir o no ciertos servicios y coberturas adicionales que pueden mejorar tu póliza. Es interesante valorar todas las opciones y su coste. Incluso hay casos en los que las compañías los añaden de manera gratuita. Entre estos servicios, te enumeramos algunos que pueden ser claves a la hora de decantarte por una compañía o no:
- Seguro del conductor: Interesante añadirlo en las pólizas 'a terceros' para extender la cobertura sanitaria al conductor. En este aspecto, es importantísimo valorar las diferentes indemnizaciones (por invalidez, fallecimiento, etc), clave a la hora de decantarte por una u otra compañía.
- Asistencia en carretera: Un servicio ya habitual en la oferta de los seguros de vehículos y considerado por la mayoría de los conductores esencial. Sin embargo, hay diferencias: ¿asistencia sólo en tu provincia, ámbito nacional, europeo, internacional...? ¿Sobrecostes por traslado a tu provincia/país?
- Cobertura de equipamiento: Tener asegurado también tu equipamiento permite que puedas ser indemnizado si tu casco, tu chaqueta, tus guantes y el resto de equipamiento sufre daños en cualquier circunstancia.
- Vehículo de sustitución: Una opción que viene muy bien cuando tienes que llevar tu moto al taller.
- Defensa y asistencia jurídica: Los seguros empiezan a incorporar con cada vez mayor asiduidad estos servicios jurídicos.
- Gestión de multas: Si piensas que es un rollo el proceso de reclamación de multas y las sufres en demasiadas ocasiones, es una buena opción delegar en los profesionales esta tarea gracias a la cual quizá recuperes dinero y puntos.
- Otros servicios: Revisión anual de la moto gratis, descuentos, promociones...
¿Con o sin franquicia? ¿Qué es y qué supone en el seguro de la moto?
A la hora de contratar la cobertura de daños propios, hay muchas compañías que ofrecen la posibilidad de añadir una franquicia, lo cual ayuda a abaratar el precio del seguro. ¿Pero qué es la franquicia? Se trata de una cantidad máxima que se compromete a asumir el tomador del seguro en caso de reparación. A partir de esa cifra, será el seguro el que añada la cantidad necesaria de reparación o indemnización. Por ejemplo, si tienes una franquicia de 500 euros, será el tomador el que tenga que afrontar los costes hasta esta cantidad. Si el coste de la reparación es mayor, la empresa aseguradora abonará la diferencia. En este caso, una reparación cifrada en 1500 euros, el asegurado abonará los 500 euros máximos establecidos en la franquicia y la aseguradora abonará los 1000 euros restantes.
La franquicia es una condición que se puede aplicar en daños materiales de la moto por cualquier motivo, pero también se pueden aplicar en caso de incendio y robo. Y hay que tener en cuenta que es proporcional al precio, es decir, cuanta mayor sea la franquicia, más baja el precio del seguro.
Se trata de una fórmula bastante inteligente porque permite abaratar la póliza. Por un lado, el usuario asume un posible gasto que no es especialmente elevado y que suele ser extraordinario a la vez que reduce el precio de la póliza. Por otro lado, la aseguradora 'se libra' de afrontar multitud de pequeñas reparaciones de diferentes clientes que, en total, suponen un gran gasto.