Praga ZS 800, espectacular trabajo "lighweight"
La Praga ZS 800 es la última obra de 2 ruedas de la mítica marca checa, algo desconocida pero con mucha historia. A continuación te contamos los detalles de esta ZS 800 con motor Kawasaki W800 pero 60 kg menos gracias al uso de tecnologías modernas y materiales como titanio y fibra de carbono.
La Praga ZS 800 no tiene otra definición que la de "espectacular". La marca Praga lleva fabricando todo tipo de vehículos más de 100 años, aunque siempre lejos del mercado comercial. Esta marcha checa rinde ahora homenaje a un modelo suyo de los años 20, la Praga BD 500, tomando como base una Kawasaki W800, una roadster retro que seguramente todos conozcamos ya.
Lo que vemos es el producto esperado por 28 compradores a un precio de, aproximadamente, 100.000 euros. Un poco cara bajo nuestro gusto pero es el precio a pagar por tal obra de arte.
En cuanto a la ZS 800, hablamos de 142 kg de peso en seco, llantas de radios de fibra de carbono que imitan diseño clásico gracias al uso de tecnología moderna. Encontramos también una horquilla delantera con una configuración de monoamortiguación, fabricada en titanio de tan solo 4,8 kg, que se suma a las más de 300 horas de mecanizado en cinco ejes que lleva la moto en distintas piezas.
El depósito de gasolina de 10,5 L va anclado al chasis mientras que el asiento va suspendido sobre un pequeño amortiguador Öhlins. Ojo al sistema de freno, lo nunca antes visto, frenos de tambor hidráulicos. Como imaginamos, difícil de implementar sistema ABS alguno...
Pero lo mejor de todo no queda ahí, ya que la propia Praga garantiza un comportamiento dinámico espectacular con un reparto de pesos 50:50. La mecánica como ya adelantamos la hereda de una Kawasaki W800, motor de 2 cilindros en línea refrigerado por aire de 773 cc y 48 cv de potencia.
Hemos diseñado y desarrollado una moto con mucha tecnología moderna pero un diseño antiguo. Puede ser una obra de arte pararse en la oficina de alguien. Pero es una bicicleta realmente rápida que puede manejarse maravillosamente, y tal vez nadie espere eso”, nos dice Jan Žuži de Praga.