Siempre he admirado a Jordi Torres. Por su carisma, por su calidad humana y porque he tenido la oportunidad de ver desde muy cerca su evolución como piloto. Y es que son ya muchos años de amistad con Jordi que me permiten valorar aún más su actitud ante la vida. Por eso hemos querido destacar este mensaje, el de la actitud con la que Jordi afronta todos los problemas que se le presentan, la actitud de un luchador que no se rinde al desánimo y que afronta con ímpetu todo lo que se le venga encima.
Y así, chocando de frente contra los reveses de la vida, Jordi afrontó la muerte de su hermano, la enfermedad de Quim, su padre –que gracias a Dios le acompaña siempre que puede a las carreras–, o los distintos varapalos deportivos contra los que ha embestido durante su carrera profesional.
Carismático como pocos, se hizo popular a ritmo de hashtag en MotoGP, donde ha logrado poner de rodillas a la práctica totalidad de los habitantes del Grand Circus –aún no hemos visto el #kneeground de Carmelo Ezpeleta–, y tras ellos, a cientos de miles de aficionados de todos los rincones del mundo.
Jordi ha hecho ahora las maletas para poner rumbo al Mundial de Superbike, alejándose de una etapa en el Cto. del Mundo que deja atrás con la espina de no haber podido demostrar todo lo que es capaz, pero con la sonrisa en la cara y la mirada puesta en hacer su primer Touchdown.
Tanto ha sido lo que hablamos allí y tan interesante fue, que hemos preferido dejarle hablar a él. Te dejamos con Jordi Torres en estado puro.
#EnjoyTheRide

© Juan Carlos González
«Mi carrera deportiva empezó viendo a mi padre correr en minimotos»
«Este deporte es muy caro, y más con dos hijos, así que a Rubén y a mí nos tocaba ir a trabajar con mi padre durante las vacaciones»
«Este deporte es muy caro, y más con dos hijos, por lo que mi padre trabajaba muchísimo para poder costear las carreras. Él era repartidor de papel y durante el verano, Rubén y yo nos alternábamos para ayudarle. Había que levantarse a las seis y media, y si la mañana se nos daba bien, tratábamos de hacer dos repartos. Con el dinero que logró ahorrar, nos compró dos Polini, que para nosotros era como ser pilotos oficiales de MotoGP, y con esas motos empezamos a competir en el Cto. de Cataluña».
«Mi hermano y yo tuvimos que dejar las motos»
«Por problemas económicos tuvimos que dejar las motos y dedicarnos durante un año a otra cosa. Rubén se dedicó al fútbol y yo al atletismo, pero cuando las cosas mejoraron, volvimos al motociclismo, esta vez con los scooter. Tras la etapa de los scooter, llegaron las 50cc de marchas; para nosotros tanto las motos como los circuitos eran enormes. Acostumbrados a las minimotos y los kartings, de un año para otro nos vimos con motos grandes y corriendo en Montmeló, Calafat… Para nosotros era como estar en otro mundo».
Hablar con Jordi es siempre una oportuindad de oro para aprender, más si cabe, en una entrevista cara a cara con él
«No aproveché como debía la oportunidad de correr en el equipo de Alberto Puig»
«En nuestro segundo año con las 50cc en el Campeonato Catalán, nos llegó la posibilidad de correr en el equipo de Alberto Puig. Fue una oportunidad muy buena que nos abrió la puerta del CEV, estuvimos dos años en su equipo, pero no supe aprovechar aquello; a los 15 años yo tenía la misma estatura que ahora así que para ir rápido tomaba muchos riesgos y me caí demasiadas veces».
«Ir a Supersport era la única forma de seguir comptitiendo»
Después de estar en el equipo de Puig, mi padre compró una Yamaha R6 y debuté en Supersport haciendo el CEV y el Campeonato de Cataluña”. Con una moto de segunda mano, algo de recambio que conseguimos y pidiendo muchos favores pudimos seguir compitiendo. Era la única forma de poder seguir adelante».
«La primera carrera de 2009 la vi desde casa, sin embargo aquel año gané dos carreras»
«Tras un 2008 muy irregular, me quedé sin moto para 2009. La primera carrera del CEV la tuve que ver desde casa pero la casualidad quiso que el equipo Griful me llamara. Se habían quedado sin piloto y decidieron llamar a varios para ver si estaban interesados. Los dos primeros no descolgaron el teléfono y entonces me llamaron a mí; llegué con muchas ganas y en la primera carrera, sin haber entrenado con la moto, acabé en cuarta posición. Al final ese año 2009 fue muy bueno porque ganamos dos carreras con una moto que era muy inferior, pero con Juan Jordi Colacios trabajamos a la perfección y teníamos una gran puesta a punto».
«Quería ganar a toda cosa un Campeonato de España para poder dar el salto al Mundial»
«En 2010 fui subcampeón con el equipo Griful en Moto2. Pero yo quería ganar un Campeonato de España para poder dar el salto al Mundial, era el único camino, y la mejor opción que veía era correr con el equipo de referencia de la categoría para intentar ser campeón, aunque aquello nos obligó a tomar la decisión de dejar de trabajar con Juan Jordi Colacios, que es como mi segundo padre, aunque él era el que más claro lo tenía y el que más insistió».

© Juan Carlos González
«Hasta mi debut en el Mundial, para ir a las carreras yo sólo tenía dos opciones: furgo, o mucha furgo»
«Cuando vienes de correr el CEV ves que los pilotos del Mundial no están tan lejos»
«Al principio todo el montaje del mundial impresiona y te hace sentir pequeño, pero una vez estás en pista y estás corriendo, entiendes rápido que el Mundial es lo mismo que un Campeonato de España o un Campeonato de Cataluña. Al fin y al cabo es un circuito con motos dentro; por supuesto que el nivel del Mundial es fortísimo, pero cuando vienes de correr el CEV ves que no están tan lejos porque el Campeonato de España también tiene un gran nivel».
«Para mí, llegar al mundial fue una demostración de que con buenos resultados también se puede llegar y que no siempre es necesario un patrocinador que te lleve de la mano»
«Acabé el 2011 con el Team Aspar sustituyendo a Xavi Forés. En el final de la temporada hicimos buenos resultados, pero no suficientes para garantizarme una plaza en el campeonato. Por lo tanto, el objetivo era seguir en el equipo LaGlisse y ganar el máximo número de carreras para dar el salto al Mundial. Nos costó llegar, pero por ese camino lo conseguimos y para mí fue una demostración de que no todo pasa por tener un patrocinador que te lleve de la mano al mundial o un padrino que haga frente a los gastos, ganar el CEV de Moto2 me abrió las puertas del Mundial».
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