«Teniendo las herramientas y la experiencia, sólo faltan los resultados»
Pol Espargaró considera que tiene las armas necesarias para afrontar la temporada de MotoGP 2022, y que sólo falta transformar esto en buenos resultados. Pese a que acabó liderando la pretemporada, se muestra cauto y ve «precipitado» sacar conclusiones de ello.
La segunda temporada de Pol Espargaró como piloto del Repsol Honda llega con un aire más optimista por parte del piloto de Granollers. Su 2021 fue difícil, aunque también transcurrió de menos a más. Acabó el año mucho más compenetrado con la RC213V, cosechando buenos resultados en la parte final de temporada y logrando su primer podio con la marca japonesa en Misano.
El año de experiencia con Honda y el notable cambio técnico que ha supuesto la nueva RC213V 2022 le dan a Pol dos importantes argumentos para pensar en dar un salto adelante este curso, en el que además está en juego su renovación con HRC.
El liderato en los test de Indonesia fue una prueba más del potencial que parece tener el binomio Espargaró-Honda RC213V 2022, pero el fuego real comenzará la próxima semana en Qatar. Polyccio mantiene los pies en el suelo, aunque se muestra preparado y con las herramientas necesarias para hacer un buen año. Así lo ha manifestado en el encuentro con los medios que ha tenido lugar este jueves en el Repsol Technology Lab en Móstoles (Madrid), y en el que ha estado MOTORBIKE MAGAZINE.
«Sacar conclusiones de la pretemporada es precipitado. Es cierto que este año me veo con más ganas que nunca, tengo un año de experiencia en Honda y conozco al equipo técnico. Este año la moto ha dado un paso adelante bastante grande. Creo que soy más maduro que nunca en la toma de decisiones y creo que eso me hará ser un poco más rápido. Teniendo las herramientas y la experiencia, lo único que faltan son los resultados, que es lo más complicado, y eso es lo que vamos a buscar desde Qatar», comentaba Pol.
Espargaró arrancó su andadura en Honda con mucha autoexigencia pese a que apenas conocía la RC213V, pero mantiene que esa exigencia es necesaria y natural en un proyecto como el del Repsol Honda: «Creo que la autoexigencia es dada por dónde estás. Yo soy consciente de dónde estoy en cada momento. He pasado etapas en mi carrera deportiva en las que sabía que por mucho que lo intentara no lo conseguiría, así que los objetivos eran distintos. Ahora es evidente que, estando en este equipo, con estos colores y con Marc al lado, requiere unos resultados. Lo requiere teniendo las herramientas, como las tenemos este año, y también sin las herramientas y sin la experiencia como el año pasado. La exigencia tiene que ser siempre máxima y eso es lo que te hace mejorar aunque los resultados no sean buenos. Cuando las cosas no van bien, creo que es cuando más se aprende y el año pasado me curtí bastante, así que la temporada será mucho más positiva y espero que sea así desde el inicio en Qatar».
Sobre lo aprendido de Márquez en su primer año en Honda, expone que «Marc es un piloto muy combativo y hemos visto que hasta en condiciones de estar con lesiones es capaz de sacar lo máximo, y eso es lo que realmente define a un atleta de alto rendimiento. Lo que hay que sacar de él es que nunca hay que rendirse y siempre intentarlo. De cara a esta temporada, empezamos con las mismas opciones. Ha sido bueno tenerle durante toda la pretemporada para ayudar al equipo y a la fábrica para desarrollar la moto, junto a los dos pilotos satélites, que también han hecho lo mismo. Eso es muy bueno por el hecho de empezar los cuatro con las mismas armas. Es algo que aportará muchísimo a la fábrica y mucha información que nos va a ser muy útil durante la temporada. Tenemos todos muchas ganas de empezar y con Marc de vuelta el equipo respira otro aire».
Respecto a la nueva Honda, cree que tiene una base para luchar por los primeros puestos y que ahora son los pilotos los que han de acostumbrarse al nuevo prototipo: «La moto está prácticamente lista para empezar la temporada. Así me sentí yo cuando acabé el test de Mandalika y eso es crucial para empezar la temporada. Arrancar una temporada con dudas es lo peor que te puede pasar y creo que no están encima de la mesa. El mayor de los problemas ahora está en el piloto, en entender un poco más la moto. Hemos hecho muy pocos días de test, entendemos aún poco la moto. Yo no he tenido ninguna caída con esta moto todavía, por lo que creo que falta entenderla un poco más, apretar los límites y saber hasta dónde puedes llegar. Creo que el margen de mejora de los pilotos es más grande que el de la moto ahora mismo».
«No sabía disfrutar de los buenos momentos, estaba acostumbrado a que los momentos que venían siempre eran malos»
También habló sobre su relación con Márquez, que ha pasado a ser muy cordial en los últimos años a pesar de haber sido grandes rivales en el pasado (125cc y Moto2, principalmente) y pese a ser ahora compañeros de equipo: «Nos llevamos muy bien. Tenemos la suerte de que sabemos nuestros roles. La rivalidad entre compañeros de equipo es máxima. Por desgracia, no he estado al nivel de Marc y esa rivalidad es un poco menor, pero espero en el futuro pelear con él y que esa rivalidad crezca, pero siempre en un ámbito sano. Creo que eso es importante para el bienestar del equipo. Somos dos pilotos jóvenes, que disfrutamos de lo que hacemos, compartimos gustos y nos divertimos cuando estamos juntos, y eso creo que es importante para nosotros y sobre todo para el equipo. La rivalidad que tienes con tu compañero de equipo se traslada habitualmente a los mecánicos, y si el ambiente no es bueno dentro del box no ayuda a que los resultados salgan de la mejor manera».
Preguntado acerca de la salud mental y de si ha necesitado en alguna ocasión acudir a un psicólogo deportiva, admitía que en su caso fue así: «Sí, pero no en un aspecto negativo. Sinceramente, lo he necesitado cuando mejor he estado. Es un poco raro de entender, pero yo pasé los años de KTM, en los que estuve durante los tres primeros años tragando bastante polvo y trabajando mucho sin obtener muchos resultados. Y el último año conseguí cinco podios y un par de poles, y el llegar a donde creías que estaban tus metas. Terminé quinto del Mundial, empatado a puntos con el cuarto, y me trastornó un poco. Estaba un poco en plan 'Y ahora, ¿qué? ¿A dónde tengo que ir?'. No sabía disfrutar de los buenos momentos, porque estaba acostumbrado a que los momentos que venían siempre eran malos, y que vinieran cosas buenas no sabía cómo encajarlo y recurrí a una psicóloga deportiva. En ese momento lo necesité».