Enseñanza teórica y práctica en centros educativos de Cataluña
NIU sigue apostando por la educación vial sostenible con la utilización de sus modelos MQi en cursos de formación. Estos cursos se realizan en ocho centros educativos de Cataluña, con el objetivo de mejorar los conocimientos de conducción y seguridad.
La marca de scooters eléctricos, NIU, sigue apostando por la educación vial sostenible con la utilización de sus modelos en cursos de formación. Unos cursos que se realizan en colegios y diputaciones de Cataluña con el objetivo de que los ciudadanos aprendan la teoría y la práctica, así como una mejor convivencia entre los distintos medios de transporte, promover el respeto, la comprensión y la solidaridad.
Una actividad que NIU lleva haciendo desde 2018, centrándose en los colegios de enseñanza secundaria, que es donde se congrega mayoritariamente el público que por primera vez accede a un medio de transporte individual motorizado, normalmente ciclomotores, Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y patinetes. Estos últimos están cobrando mayor protagonismo cada año.
En estos cursos se combina la adquisición de conocimientos de conducción y seguridad vial, simulando situaciones habituales que se producen en el tráfico real. Este año, la actividad se ha centrado en ocho centros de enseñanza secundaria de ocho municipios de Cataluña, en los que se han impartido un total de 25 cursos a 552 alumnos de entre 14 y 18 años. A esto se suman las pruebas que se han desarrollado durante la feria de Madrid “Vive La Moto”, en IFEMA, entre finales del mes de marzo y principios de abril, impactando a más de 12.000 personas que ya saben cómo es la movilidad eléctrica.
Los vehículos usados en estos cursos son los NIU de la serie MQi: el NIU MQi GT, su versión EVO y el MQi+ Sport. Tras una primera parte teórica, en la que se conciencia a los alumnos sobre la movilidad segura, en la parte práctica se trabaja la agilidad, habilidad y frenada para conseguir el mayor control y así poder llevar a cabo una conducción segura. Todo en un recinto cerrado, con las medidas de seguridad necesarias para la circulación, los recursos viales precisos y en el que el alumno se sienta seguro y receptivo para poder asimilar con facilidad un entorno que, hasta ese momento, en su gran mayoría sólo conocen como pasajeros.