Marc Márquez vs. el resto
41 puntos separan al primero del segundo, 28 separan al segundo del noveno. El dominio que está ejerciendo Marc Márquez, pese a contar ya con dos ceros en su casillero, está rompiendo la igualdad de MotoGP 2018.
MotoGP vivió en Assen una de las mejores carreras de todos los tiempos. Se registraron más de 100 adelantamientos en un grupo de cabeza que llegó a contar con ocho pilotos, propiciando uno de los mayores espectáculos jamás vistos en la categoría reina. Assen fue sinónimo de igualdad, algo de lo que ya quedó constancia en los entrenamientos con los 11 primeros separados por medio segundo y con un final de Q2 no apto para cardíacos, en el que Iannone pasó de primero a noveno en cuestión de treinta segundos.
Ese fin de semana se puede hacer extensivo a lo que está dando de sí la temporada. En ocho carreras llevamos ya cuatro ganadores diferentes -Dovizioso, Crutchlow, Márquez (x4) y Lorenzo (x2)- y hasta 10 pilotos han subido ya al podio -a los cuatro anteriores hay que sumar los podios de Rossi (x4), Viñales (x2), Iannone (x2), Rins (x2), Zarco (x2) y Petrucci (x1)-. Por poner un ejemplo no muy lejano, estos números ya igualan al total de ganadores y de pilotos que subieron al podio en todo 2015, con la diferencia de que actualmente quedan aún 12 carreras por delante y se espera que ambas listas crezcan mucho más.
Sin embargo, esa igualdad queda en entredicho cuando se mira la clasificación del campeonato después las ocho primeras citas. Y es que MotoGP 2018 bien se podría dividir en dos clasificaciones diferentes en estos momentos: una, la de Marc Márquez; la otra, la del resto. El piloto de Cervera tiene una ventaja de 41 puntos con el segundo clasificado, que es Valentino Rossi, mientras que entre el segundo clasificado -Rossi- y el noveno -Iannone-, la diferencia es de sólo 28.
La llegada de Michelin y de la electrónica unificada a MotoGP ha multiplicado los niveles de igualdad en los tres últimos años. Eso es un hecho irrefutable que lo demuestran los nueve ganadores de 2016, un campeón que ya no alcanza los 300 puntos al haber crecido tanto el reparto del pastel, o algunas carreras más propias de Moto3 que de las motos de 1000cc, como ocurrió el pasado domingo en Assen. Pero no es menos cierto que a día de hoy existe un piloto -y un binomio- capaz de hacer saltar por los aires cualquier atisbo de igualdad.
Actualmente hay cuatro marcas con opciones de victoria y pilotos satélites que son amenazas para los oficiales carreras sí, carrera también; algo que hace cuatro años era impensable, ya que el coto estaba abierto únicamente para un pequeño puñado de privilegiados. MotoGP vive su época dorada y carreras como las de Assen -con un top 4 con cuatro marcas diferentes- o la de Phillip Island el año pasado sirven para afirmar esta teoría. Por eso, la diferencia que está marcando el binomio Márquez-Honda en esta primera mitad de MotoGP 2018 tiene aún más mérito.
El de Cervera parece ser el único piloto sin apenas fisuras en la parrilla de la categoría reina. Caídas aparte, un mal día de los favoritos o problemas de diversa índole -neumáticos, meteorología, etc.- pueden traducirse en resultados como el 15º de Lorenzo en Argentina, el 15º de Pedrosa en Assen, los séptimos de Viñales en Jerez y Le Mans, el 5º de Rossi en Jerez, el 6º de Dovizioso en Argentina... Todos han flaqueado en algún punto durante la temporada, menos Márquez, el único que siempre está ahí sean cuales sean las condiciones y sea cual sea el circuito.
Es por ello que pese a sumar dos ceros, uno por caída en Mugello cuando iba segundo y otro por sanción en Argentina cuando iba pasado de vueltas pero con más ritmo que nadie, tiene una ventaja de 41 puntos sobre el segundo clasificado del campeonato. Ese puesto lo ocupa Rossi con sólo un cero -provocado, precisamente, por Márquez en Argentina-, y 47 sobre Viñales, que es el único piloto de toda la parrilla que ha puntuado en todas las carreras del campeonato. La regularidad de los pilotos de Yamaha es la que explica que sean los perseguidores de Márquez en un año marcado por sus problemas de electrónica, y en el que sólo han sido candidatos firmes a ganar en los Países Bajos. De hecho, acumulan 18 carreras consecutivas sin victoria.
- (Foto: MotoGP)
La superioridad del #93 se resume en que ha ganado la mitad de las carreras disputadas -4- y es el piloto con más podios -6-. Todas las carreras en las que ha sumado puntos las ha terminado o primero o segundo, y la sensación es que no tiene ninguna debilidad. No obstante, no está siendo tampoco un año fácil para el hexacampeón, que es el piloto con más caídas en lo que va de temporada, con 10, a lo que hay que sumar una cantidad de salvadas que también acaricia los dos dígitos. Ni siquiera sus victorias han sido sencillas, salvo la de Austin, porque en Jerez salvó una caída cantada al pisar la grava de una caída de Luthi, en Le Mans otra con el codo en la curva 2, y en Assen también estuvo a punto de irse por los suelos tras un toque con Rins.
Yendo al límite, trabajando para carrera desde el FP1 de todos los Grandes Premios, con una compenetración absoluta con una Honda RC213V que ha dado un paso adelante y con la autoridad que le conceden sus cuatro títulos de MotoGP en cinco años, el ilerdense ha puesto la directa hacia otra corona más. Queda mucho por delante, pero en estos momentos MotoGP 2018 tiene dos clasificaciones y la lucha más cerrada es por el subcampeonato. Veremos cómo avanza el curso, pero si es con más carreras como las de Assen nos lo pasaremos en grande, se decida cuando se decida un campeonato que no tiene visos de llegar esta vez vivo a la última carrera.