Los canadienses Clockwork Motorcycles ha preparado esta Honda de 1971 para crear una discreta Café Racer que esconde mucho en su interior.
El objetivo que se persiguió en este taller de Montreal era desarrollar una preparación que no sólo afectase a la parte estética, también querían sacar “jugo” de la parte mecánica y se pusieron a la obra aumentando la cilindrada de este tetracilíndrico hasta alcanzar los 836cc.
Más cilindrada es sinónimo de mayor capacidad para quemar combustible, así que se recurrió a una batería de carburadores de competición Keihin CR29 y para completar la preparación del motor, se rebajó la culata y se rehicieron los asientos de válvulas. Un escape 4-en-1 cierra el apartado del trabajo realizado sobre el propulsor.
Para la parte ciclo se ha recurrido a sendas llantas de 16” procedentes de Harley-Davidson sobre las que se han montado neumáticos Firestone Deluxe Champion. Con un tambor trasero, era necesario reforzar el equipo de frenos y para ello se han utilizado disco y pinzas de freno procedentes de una Suzuki GSX-R, lo que hizo necesario fabricar un buje delantero personalizado.
Las suspensiones corren por cuenta de una horquilla que también procede de una GSX-R y dos amortiguadores traseros progresivos.
El resultado, espectacular a nuestro criterio, salta a la vista.
¿Y tú qué opinas?