«Con mis mecánicos estoy genial, otra cosa es con los jefes del equipo», dice Viñales
Maverick Viñales volvió a sufrir una cadena de imprevistos que le relegaron a la última posición en Red Bull Ring. El de Yamaha reconoció que no sabe por qué se le paró la moto antes de la segunda carrera (tuvo que salir desde el pit lane) y de sus palabras se desprende la tensión que existe en la relación con Yamaha.
La montaña rusa de resultados que Maverick Viñales está experimentando esta temporada volvió a caer hacia abajo. Del último puesto de Sachsenring (desencadenante de su ruptura con Yamaha), pasó a la segunda posición de Assen (fin de semana en el que se confirmó el adiós), para volver a acabar último en Red Bull Ring.
De hecho, Viñales ni cruzó la meta bajo la bandera a cuadros, sino que lo hizo entrando directamente en el pit lane. Según confirmó el piloto de Rosas tras la carrera, entró porque el dashboard le marcaba 'pit lane'. Un panel de instrumentación que, según explicó, le dio varios problemas durante la carrera.
Viñales mostró un buen ritmo durante el fin de semana en entrenamientos, y en la primera carrera arrancó mejor que nunca, superando a varios pilotos desde la novena plaza y llegando a situarse quinto. Pero todo se desbarató tras la bandera roja: antes de la vuelta de calentamiento de la segunda carrera, a Viñales se le paró la moto y tuvo que salir desde el pit lane. Arrancando último desde el carril de boxes, Maverick notó malas sensaciones con la moto y con el segundo juego de neumáticos y no tuvo ninguna opción de remontar, acabando último.
«La moto se ha parado, no sé por qué. He soltado el embrague y se ha parado la moto. Muy extraño. He hecho exactamente lo mismo que en la otra salida. Pero es así. No se puede luchar contra eso, no está en mis manos», decía un Viñales contrariado y extrañado con lo ocurrido. Le habían cambiado el embrague para la segunda carrera, lo cual pudo desencadenar en ese problema.
«Más de lo mismo de cada día. Tenía muy buenas sensaciones, he hecho una buena salida. Estaba con muchas ganas de comerme a todos. He salido bien, me lo estaba pasando bien, estaba ahí con Quartararo, con Márquez, con Mir... y me lo estaba pasando genial. Pero luego me han cambiado el embrague, las ruedas y otra historia ha cantado», añadía el gerundense.
Sobre los problemas con el segundo set de neumáticos, Viñales apostillaba que «ojalá hubiera dejado los mismos, los usados. Ha cambiado mucho, porque tenía mucho spin (patinaje de la rueda trasera) y me fallaba el motor. No sé por qué, pero me fallaba el motor cuando aceleraba. Supongo que es por la cantidad de spin que tenía. Me ha cambiado mucho de una salida a la otra, pero a veces sucede».
Relación completamente rota con Yamaha
El de Estiria fue el primer fin de semana de carreras de Maverick desde que dijo adiós a Yamaha, una decisión sobre la que volvió a ser preguntado: «Fui yo quien dijo que no quería continuar, porque no tiene lógica ninguna lo que está pasando. Quiero acabar con esto. Así no voy a ser nunca feliz, es imposible. Que en un entrenamiento esté primero y al siguiente esté el 20º, sin ninguna explicación... No puedo mejorar, no puedo seguir avanzando. Al final, si me dan una explicación sobre lo que ha pasado o para que intente hacerlo de otra manera, yo mejoro. Pero cada vez que pasa algo y paso de 1º a 10º, no hay ninguna explicación, y la única que me dan es que no lo saben. Después de Sachsenring, que para mí fue un antes y un después, dije 'Se ha acabado, no quiero correr más (con Yamaha). No merece la pena, no me hace feliz, no lo necesito'».
Asegura que no quedan flecos pendientes con la marca de los diapasones y que su idea es seguir corriendo en 2022: «Está todo aclarado, todo resuelto. El año que viene me gustaría correr, aunque no con Yamaha, lógicamente. Que son un gran equipo, no lo pongo en duda. La moto, cuando hay grip y demás, es una gran moto, pero creo que mi parte de equipo... No. Y es por eso que he tomado la decisión».
Pese a la situación interna, asegura que no ha cambiado su motivación a la hora de afrontar las carreras: «Se puede ver cómo he afrontado el fin de semana. Al final, hasta que han sacado bandera roja, estaba ahí. Y en todos los entrenamientos he estado ahí, entre los tres primeros. Yo afronto el fin de semana a tope. A mí me encanta correr, me encanta ir al límite y hacer buenos tiempos. Pero si luego en carrera... Estoy feliz, porque se ha podido demostrar que cuando la moto funciona normal estoy ahí y tengo opciones de dar todo. Me ha gustado que sacaran bandera roja para que se viera la realidad de lo que sucede», aseguraba, dejando un enigmático mensaje.
Maverick asegura que el escenario actual «incómodo no es, porque yo con el equipo y con mis mecánicos estoy genial. Otra cosa es con los jefes del equipo, pero con mis mecánicos estoy genial y estoy agradecido, porque están dando el máximo. Tenemos que continuar apretando y ojalá de aquí a final de año tenga oportunidad de tener la moto que tuve en la primera carrera».