Fusión naranja: chasis de motocross y motor naked
¿Qué tiene de malo trasplantar un motor de KTM 890 Duke en una KTM 250 SX-F? El piloto checo Jiří Heiník volverá a la carga en la mítica prueba de hard enduro austriaca con una crossera demencial surgida de las manos de Jan Žuži, o lo que es lo mismo, JZ Handmade.
El mes que viene se celebrará una nueva edición de la carrera de enduro extremo más famosa del planeta, el Erzbergrodeo. Con más de dos décadas a sus espaldas, su dureza ha servido para posicionarse como la referencia entre las pruebas de enduro extremo más salvajes del planeta. Independientemente de la competición oficial del domingo, la categoría para bicilíndricas ha cobrado mucho auge en los últimos años, luciendo en la prólogo de viernes y sábado.
De vez en cuando, hay cabida para alguna creación loca y, este año, la KTM 890 SX-F de JZ Handmade pilotada por la leyenda checa de 67 años Jiří Heiník será una de ellas. Hace cuatro años este dúo ya lució palmito con una KTM 1290 Super Enduro R apodada "La Excavadora", un monstruo de 180 CV que causó furor en el parque cerrado de aquella edición. La receta de la nueva bestia es fácil de proponer pero difícil de ejecutar: "incrustar" el bicilíndrico en paralelo de una KTM 890 DUKE 2019 en el chasis de una KTM 250 SX-F 2022.
Acoplar el bicilíndrico no ha sido tarea fácil, debiendo cortar y soldar la parte posterior de la pipa de dirección para dar cabida al motor y mantener la rigidez del conjunto. Depósito de gasolina de aluminio integrado en el subchasis, basculante ensanchado, airbox específico de aluminio en el falso depósito, radiadores laterales a medida, escape de titanio artesanal con silenciador Akrapovic Ti Evolution, cableado, cubrecárter perforado, palanca de cambio, bujes sobredimensionados, estriberas anchas, etc. El resultado es una maxi-crossera de 133 kg (con 6,4 l. de gasolina) y 120 CV que asusta (las imágenes de Jakub Frey @jakubfreyphotography así lo demuestran). La siguiente evolución podría incluir un kit de llantas de supermotard con faro y matrícula… ¿Por qué no?