Capaz de redirigir la trayectoria de la moto
Con el fin de que las motos sean cada vez más seguras, Honda está desarrollando un sistema capaz de leer el carril por el que circulamos para que en caso de percibir una salida involuntaria la moto se redirija automáticamente y se mantenga a salvo. Y aunque es algo que ya hemos visto en los coches, en las motos puede resultar mucho más complejo.
La tecnología de las motos avanzan a un ritmo frenético. Las motos con radar, capaces de percibir el tráfico que nos rodea y actuar en consecuencia, ya son una realidad y los controles de crucero asistidos forman parte del equipamiento de varios modelos de diferentes marcas. Pero eso es solo el principio. Honda ya está desarrollando nuevos sistemas de asistencia a la conducción que sean capaces de reducir el número de accidentes, ayudándonos a tomar las decisiones correctas.
Siguiendo la tendencia del mundo del automóvil, donde la tecnología está mucho más avanzada y extendida, el siguiente paso llega con un sistema de mantenimiento de carril. Y lo sabemos porque Honda ya ha presentado en Japón un nuevo lote de patentes donde aparece el sistema que tienen entre manos.
En los coches, los sistemas de mantenimiento de carril aparecen en una amplia variedad de formas. Los más simples son los que leen las líneas blancas de nuestro carril mediante cámaras o sensores y nos alertan si el coche comienza a desviarse y a acercarse a una de ellas. Pero los hay mucho más sofisticados, como los que actúan sobre la dirección para dirigir las ruedas y alejar el coche de las líneas. Eso sí, siempre de manera lo suficientemente débil como para ser anulados por las acciones del conductor, y desactivados automáticamente en el momento que activamos un intermitente antes de un giro o cambio de carril.
El sistema en el que está trabajando Honda busca este objetivo y quiere que sus motos sean capaces de redirigir su trayectoria ya sea para permanecer en el carril o para evitar un peligro, pero sin llegar a tomar el control de la moto por completo.
Para ello es necesario que la moto incluya un radar frontal y una cámara que lea tanto las líneas blancas como el tráfico que se aproxima, además de un elemento que actúe sobre la dirección, que por lo que hemos podido ver en la patente se parece a una especie de amortiguación de dirección giratorio movido por un motor eléctrico. Pero su funcionamiento debe de estar lo suficientemente refinado para que sea capaz de identificar un cambio de trayectoria involuntario con uno ejercido por el propio conductor. Para eso se emplea también un sensor en la horquilla que se encarga de medir cada movimiento, para distinguir los voluntarios de los involuntarios.
Para que el sistema sea realmente efectivo y sea verdaderamente de ayuda no debe de intervenir cuando el motorista elige la dirección, y no tratará de detenerle cuando haga un movimiento voluntario, al igual que si el conductor se resiste a su intento de dirigirlo, dejará de intentarlo
El sistema de mantenimiento de carril va de la mano del radar y del ABS, de modo que si de pronto un coche frena bruscamente frente a nosotros la moto sea capaz de tomar la decisión sobre qué hacer: ¿Frenar? ¿Esquivarlo por la izquierda o por la derecha y después retomar nuestra trayectoria inicial? Todo esto son tecnologías que ya están en marcha y, teniendo en cuenta la velocidad de su desarrollo, no sería raro que lo encontrásemos en las motos de un futuro no muy lejano.