Entrevista al cuatro veces Campeón del Mundo y mánager del Ángel Nieto Team
Cuando MOTORBIKE MAGAZINE nació hace ya casi cinco años, nuestras entrevistas de portada se convirtieron en una cita ineludible mes tras mes. El objetivo de las mismas es el de realizar un homenaje al mundo de la moto con diferentes protagonistas que han puesto un importante grano de arena en la historia de las dos ruedas, repasando la 'vida y obras' de todos ellos.
En este camino no podía faltar la oportunidad de darnos cita con Jorge Martínez "Aspar", una de las grandes leyendas del motociclismo español. Cuatro títulos mundiales como piloto (tres en 80cc y uno en 125cc) le amparan, pero como Team Manager su palmarés no se queda corto: cuatro títulos mundiales de 125cc, dos títulos CRT (subcategoría de MotoGP), un Mundial Júnior de Moto3, varios subcampeonatos y un centenar de triunfos repartidos entre 125cc/Moto3 y 250cc/Moto2 convierten al otrora Team Aspar (ahora Ángel Nieto Team) en una de las mejores estructuras del Mundial.
Así pues, huelga decir que este encuentro con "Aspar" era imprescindible. Junto al valenciano repasamos su densa trayectoria, primero como piloto y después como jefe de equipo, dos roles que llegó a desempeñar de forma simultánea durante unos años antes de colgar el mono. En noviembre será nombrado Leyenda de MotoGP en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, en el que él fue una parte imprescindible para su diseño y construcción. Jorge Martínez "Aspar", en MOTORBIKE MAGAZINE.
MOTORBIKE MAGAZINE: Empezamos como es habitual en nuestras entrevistas: ¿De dónde le viene la pasión por el motociclismo a Jorge Martínez "Aspar"?
Jorge Martínez "Aspar": «En los años 70, en Valencia eran típicas las carreras por los pueblos. Estaban la fiesta del pueblo y la carrera del pueblo. En Alzira había muchísimos pilotos que corrían, como los hermanos Calafat, mi hermano Vicente, Vicente Ferrer... Además, en aquel momento en Alzira estaba la fábrica de Helados Avidesa y, de ahí, Adrián Campos montó la escudería Avidesa. Yo era un chaval que empezaba y lo que me gustaba era ir a ver las carreras; iba a la escudería y me llevaban con ellos a las carreras. Así fue como empecé».
¿Cuál fue tu primer contacto con la competición?
«Cuando yo era un niño, que todavía no corría ni nada y que tendría 10 o 12 años, iba con ellos a las carreras y cuando ellos entrenaban en los polígonos o donde probasen las motos los sábados, lo que hacían era que me dejaban probarlas a mí. La primera vez que rodé en el circuito de Calafat, que yo no corría ni nada, fue lo mismo. Ese fue mi primer contacto encima de una moto y la primera carrera fue en el año '79 en Guadassuar, al lado de Alzira. Fue mi primera carrera y también mi primer podio. Una pasada».
No sólo correr, también hacías tus 'pinitos' como mecánico, ¿verdad?
«Sí, sí. En aquella época el piloto hacía de mecánico y hacía de todo. Cogías la moto, le cambiabas el escape, o los carburadores, o el pistón... o lo que hiciese falta. Tengo unos recuerdos maravillosos de aquella época, porque era todo muy auténtico, muy humano, muy real. Lo hacías todo tú. Lo recuerdo todo con muchísimo cariño».
Un contraste tremendo con lo que es el motociclismo actual, ¿no?
«Un abismo. Llevo aquí metido toda mi vida y evidentemente he tenido que evolucionar hasta la situación actual, pero a veces me sigue costando ver muchas de las cosas que se hacen. No comparto a veces muchas de las cosas que se hacen, pero es la evolución y hay que estar en ella».
¿Crees que se ha perdido ese toque de 'humanidad' y de naturalidad?
«Sí, sin duda. Antes, la parte espontánea y la parte más humana existía muchísimo más. Incluso se notaba mucho más el piloto que tenía más talento; había mucha más diferencia entre un piloto con talento y otro que no tenía tanto. Ahora es más complicado; aquí no hay un piloto malo, pero un piloto normal lo conviertes en bueno y eso es debido a que ahora hay muchísima información. Estoy convencido de que si a todos los pilotos que hay ahora compitiendo les quitases la telemetría, les quitases la información que tienen y les llevases con motos diferentes a un circuito completamente nuevo en el que no hubiesen corrido nunca, teniendo que empezar de cero, nos llevaríamos muchísimas sorpresas».
Había una competición en tu época que se puede denominar como la Copa Movistar de aquel entonces, que era la Copa Bultacto Streaker. De ahí saliste tú, salió Sito Pons, salió Carlos Cardús... ¿Cómo recuerdas aquella época?
«Increíble. La verdad es que la primera carrera fue bestial. Yo ya estaba corriendo en Valencia y ganando carreras por allí en mi primer año. Estaba trabajando en una fábrica de madera, de envases de naranjas, y con el dinero que ganaba me compré mi primera moto, mi primera Bultaco Streaker. Pero no me llegaba el dinero para comprarme el último modelo, así que me compré el anterior porque no había para más. Entonces Adrián Campos me regaló la Streaker de último modelo, la blanca. En la primera carrera en Calafat había 108 inscritos. Yo me clasifiqué el 19º para la carrera, y en parrilla estábamos 34 catalanes y yo. Tengo un recuerdo maravilloso, porque luego en carrera quedé segundo. Ganó Sito Pons y yo terminé segundo, pegándonos hasta la última curva. Fueron muy buenos recuerdos».
En aquella época fue una copa de promoción de la que salieron grandes talentos, como pasó décadas después (Copa Movistar, Copa Aprilia, Copa Bancaja...).
«En aquel momento estaba el Superprestigio, la Copa Streaker, la Montesa Crono, la Ossa Yankee... Empezó a haber una cantidad de carreras de promoción de las que salieron muchísimos pilotos. Creo que ahí empezó a nacer la nueva remesa de talentos. Fue realmente muy positivo».
Si tuvieras que quedarte con las que fueron las personas clave en tus inicios, en la época más difícil para hacerte un hueco, ¿a quién me mencionarías?
«Hay mucha gente. Hoy es distinto, porque está todo más programado. Pero tendría que decir una importante lista de nombres: evidentemente, Adrián Campos, que me regaló esa moto, Agustín Pérez-Calafat, mi hermano Vicente, Salvador Gascón, Ricardo Tormo... Hubo mucha gente que en mis inicios me ayudó muchísimo. Cuando no tienes medios y lo que quieres es hacer un deporte que vale muchísimo dinero, tú tienes que ser muy bueno y, aún siéndolo, necesitas a mucha gente que te ayude».
Acabaste siendo el rey de las categorías pequeñas (80cc y 125cc), pero en los inicios llegaste a competir hasta con motos de 750cc...
«Entonces corría con lo que podía o con lo que me dejaban. Hice alguna carrera de lo que era entonces las Motociclismo Series, que en Albacete acabé tercero y en el Jarama estaba luchando por la victoria y se rompió la moto. Corría en lo que me dejaban. Al final, las categorías en aquel momento en los '80 los españoles estábamos muy catalogados como pilotos de las categorías pequeñas. Sito Pons fue el primero que ganó en 250cc y luego empezaron a llegar más pilotos como Garriga o Cardús, luego Crivillé, Checa... Entonces empezó a cambiar un poco todo. Primero estuvo don Ángel Nieto, luego Ricardo Tormo, aparecí yo... El motociclismo español tiene una historia maravillosa».
¿Y cómo es eso de debutar en el Campeonato del Mundo teniendo que pedir permiso en la 'mili' para que te dejaran correr?
«Hice mi primera carrera en el Campeonato del Mundo en el Jarama y la verdad es que fue sorprendente e increíble porque acabé tercero. Estaba en el Servicio Militar, así que me dejaban irme el viernes y tenía que estar a las 7 de la mañana del lunes allí. Cogía el coche desde Córdoba en este caso e iba a todas las partes como podía...».
Tu primer año completo en el Mundial fue en 1984, con Derbi, en un proyecto en el que Ricardo Tormo era la punta de lanza. Sin embargo, Ricardo tuvo ese año el gravísimo accidente que le obligó a dejar la competición y pasaste a llevar toda la responsabilidad de la marca. ¿Cómo vive una situación así un chaval de 21 años?
«Fue duro porque yo venía de ser Campeón de España y había hecho alguna carrera del Mundial, pero evidentemente no era lo mismo. Yo empezaba en el Mundial como compañero de un piloto como Ricardo Tormo, con experiencia y que ya había sido Campeón del Mundo, y que era el que tenía que dar los resultados, mientras que yo era el piloto joven que estaba allí para aprender. Fue muy duro, primero por la desgracia de Ricardo, que nos impactó a todos y nos dejó destrozados. Ricardo era un superdotado como piloto, pero como persona era increíble. Era alguien que a mí me había ayudado muchísimo, que era y aún es una persona muy querida. Fue impactante encontrarme solo dentro de una fábrica tan importante como Derbi, en la que sí o sí tenía que dar resultados. Afortunadamente, llegó la primera victoria en Holanda y a partir de ahí empezamos a crecer».
Y creciste. Cuarto el primer año, subcampeón el segundo y primer título mundial en 1986... Derbi había vuelto al Mundial para ser campeones y tú lograste ese objetivo.
«El primer año ya gané mi primer Gran Premio e hice varios podios, y en el segundo podría haber sido campeón, pero una bujía nos fastidió en Hockenheim (Alemania) y después también una caída mía. Fui subcampeón del mundo en el segundo año y en el tercero fui campeón. Fue increíble y son unos recuerdos maravillosos».
También en esos años fuiste compañero de Ángel Nieto, con quien se fraguó cierta rivalidad..
«A Ángel le tenía muchísima admiración, pero evidentemente para mí era un objetivo ganar nada menos que a don Ángel Nieto. Tenerle dentro del equipo como compañero era difícil, era muy duro, porque Ángel tenía una personalidad brutal y además mandaba mucho. Fue complicado, pero afortunadamente supe superar esa presión de estar con Ángel como compañero, además de poderle ganar».
Ángel te las hizo pasar de todo tipo, como aquello de no levantarse de la moto en una frenada para engañarte cuando ibas justo detrás de él, con tu consiguiente caída...
«Y eso fue mucho antes, en el año '81, cuando corrí contra él por primera vez en el circuito urbano de Jerez. Me enseñó muchísimo sobre cosas que se podían hacer y que para mí en ese momento eran una sorpresa...».
Sin embargo, con el paso de los años, tanto tú para él como él para ti os convertisteis en dos personas muy importantes en vuestras respectivas vidas, ¿no?
«Sí, con Ángel siempre tuve una relación muy directa y muy personal. No en las carreras, sino fuera de ellas, a nivel de ser amigos. Él venía a Valencia o yo me iba a su casa en Madrid o en Ibiza... Teníamos una relación muy buena fuera de las carreras, cosa que no siempre es fácil. Por eso digo que para mí Ángel fue siempre importante tanto encima de la moto como fuera de ella».
Que dos pilotos que fueron rivales fragüen luego esa amistad, parece algo difícil de ver hoy en día, ¿no?
«Sobre todo, cuando Gelete decide correr en moto, que Ángel no quería que corriese, me lo mandó a vivir a mi casa en Alzira. Luego me mandó también a Fonsi y a Pablo. Tuve a todo el clan de los Nieto viviendo en Alzira. Es lo que hablábamos, que tuvimos una buena relación y una buena confianza».
A colación de Ángel, te quería preguntar por el Premio Príncipe de Asturias. En su día lo ganó Sito Pons, pero ¿por qué no ha llegado el premio para el motociclismo español o para el propio Ángel?
«Yo tengo el Trofeo Príncipe de Asturias del año 1988. A Sito le dieron ya el Premio Príncipe de Asturias en Oviedo, mientras que a mí me lo dieron en el Palacio Real. Era antes de que se hiciese en Oviedo. Lo justo sería que el motociclismo como deporte, como federación, como Dorna o como se pedía en su día para Ángel Nieto, que lo tuviese. Pero son cosas que no dependen de nosotros».
¿Crees que acabará llegando esa condecoración?
«Yo espero que sí. No hay ningún deporte en España que tenga tantos títulos y tantos campeones diferentes. Yo destacaría desde Ángel Nieto, Ricardo Tormo, Aspar, Sito Pons... Pero es que desde el año 1992 que llegó Dorna, que una empresa española tenga los derechos a nivel mundial y que sea la dueña, que tenga escuelas, que tenga el FIM CEV, que tenga tantas y tantas cosas, es un ejemplo deportivo brutal y el trabajo que está haciendo es único a nivel mundial. Por tanto, Dorna y el motociclismo se lo merecen. En todos los sentidos, creo que el motociclismo español se merece el Princesa de Asturias».
Retomamos tu carrera deportiva con un año glorioso, el 1988. De 18 carreras ganaste 15 e hiciste doblete de títulos en 80cc y 125cc. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Fue algo así como el culmen?
«Mirar hacia atrás y ver ese año es como un sueño. Es realmente muy bonito acordarme y ver que hice un año tan increíble, y luchando contra pilotos importantes de aquella época como eran Gianola, Gresini, Dörflinger, Hans Span, Stefan Frein... Pilotos que eran buenos y rápidos. Al final son cosas que quedan para la historia. El último piloto en la historia que corrió en dos categorías el mismo día fui yo y también fui el último en ganar dos GGPP. Queda a título personal como algo muy bonito».
Dos años después llega un año clave, en 1990, que doblaste 125cc y 250cc con JJ Cobas, pero las cosas no fueron bien... ¿Por qué?
«La complicada fue el año siguiente de aquel 1988. En el '89 me caí en Salzburgo y me destrocé la mano derecha, el pulgar y la clavícula. Me perdí varias carreras y no tuve ya opción de título. Al año siguiente tomé la decisión de cambiar de Derbi a JJ Cobas, con la mala suerte de que en el año 1990 Michelin se retiró de la categoría de 125cc y nos hizo muchísimo daño, porque en plena temporada tuvimos que acabar con los neumáticos que teníamos. Eso fue una mala jugada. Yo gané cuatro carreras ese año con JJ Cobas y teníamos opciones serias de ir a por el campeonato, pero eso fue una de las cosas que nos pasó y que nos fastidió en esa temporada.
Luego, en 250cc, sin lugar a dudas la JJ Cobas motor Rotax estaba muy por debajo del nivel de las Yamaha o las Honda oficiales».
¿Se te quedó la espina de haber probado suerte y haber hecho más carrera en categorías superiores?
«Sin duda. Al mirar hacia atrás y ver todas las posibilidades que tuve... No me arrepiento de nada, porque el balance es realmente muy bueno, pero se podían haber hecho cosas diferentes. Tuve algunas ofertas importantes que rechacé y tal vez cuando gané el doblete podría haber sido el momento de pasar a 250cc con una moto oficial. Pero bueno, aguanté un año más en Derbi, salió mal y las cosas después vinieron como vinieron».
¿Qué balance harías de los últimos años de tu carrera deportiva, hasta que la cerraste en 1997?
«Lo que ocurrió fueron varias cosas. Por una parte, después de la etapa en JJ Cobas yo decidí montar mi empresa, mi equipo de competición. Era mi mundo, lo que me gustaba y lo que quería hacer; quería seguir aquí dentro. Evidentemente, pensaba que era más fácil, porque me tocó ser el piloto, montar el equipo y además buscar yo los patrocinadores. Realmente fue muy difícil tener que estar con tu cabeza encima de la moto, con los patrocinadores... Esos años gané algún Gran Premio, hice muchos podios y quedé quinto en mi último año, 'pegándome' con Valentino Rossi. Pero tal vez, deportivamente hablando, no fue la mejor decisión desde el punto de vista de piloto».
Al mismo tiempo, fuiste previsor de cara al futuro...
«Hubo una cosa mala y una buena. La mala fue que como piloto quizá no era lo más acertado, pero como propietario de equipo sí, porque hizo que yo ya tuviera una estructura. Eso hizo que al bajarme de la moto ya continuaba hacia delante».
¿Qué te incitó a pasar al otro lado?
«Me incitó ver que yo estaba en JJ Cobas, que yo estaba llevando unos patrocinadores y las cosas no se hacían como a mí me gustaban. Decidí montarlo yo y así si me equivocaba, me equivocaba yo. Esa fue la decisión que tomamos; como punto de vista de equipo, muy contento. Como piloto no fue lo mejor».
Hace 22 años desde que te retiraste. Estabas en 125cc y luchaste por alguna victoria (por ejemplo, Brno 1996) con un tal Valentino Rossi. Más de dos décadas después, Valentino sigue compitiendo. ¿Qué opinas sobre ello?
«Es increíble, es de admirar. Yo me retiré con 35 años y él tiene 40 y sigue pegándose aquí con los jóvenes. Es para valorarlo. Todos hemos aportado algo a este motociclismo y a su historia, pero en el caso de Valentino es increíble todo lo que está haciendo y todo lo que ha aportado al motociclismo. Que siga aquí encima de la moto, es digno de admiración».
¿Cómo describirías la andadura del Team Aspar en todos estos años?
«Evidentemente, es complicado estar siempre arriba. Pero el balance es increíble. Tenemos 130 victorias en el Campeonato del Mundo, 11 títulos mundiales, 20 títulos de España... Los números son increíbles y hablan por sí solos. Hemos tenido alguna temporada difícil, como las que hubo con Mahindra, pero espero y deseo volver a estar lo más arriba posible en breve. Cuando yo era un niño, con 12 0 14 años, quería ser piloto, y quién me iba a decir a mí que iba a ser Campeón del Mundo. Luego, cuando estaba dentro lo que quería era tener mi propio equipo para estar en el Mundial, y quién me iba a decir que íbamos a ganar tantos títulos. El balance es muy positivo. Hicimos un libro hace unos años que para mí fue muy bonito, titulado "Una fábrica de sueños", y es así, sin duda. Voy a cumplir 57 años, llevo toda mi vida aquí dentro y no paro de soñar. Es bonito seguir teniendo retos y peleando. A veces me pregunta más de uno si voy a seguir y yo digo que aquí dentro seguiré mientras tenga ilusión. Es mi vida, lo que a mí me gusta».
Si tuvieras que elegir entre tu etapa como piloto y la de Team Manager, ¿con cuál te quedarías?
«Si me preguntas cuál me gusta más, te diré que 1000 veces más la de piloto. 1000 a 1, no hay opción. La de piloto, porque siendo piloto eres tú el que te diviertes, eres el foco... Cuando eres el propietario del equipo, eres tú el que tienes que romperte la cara por los demás y pelear por los demás. Eres parte de todo, pero es distinto. El balance es muy bueno, pero me quedo al 100% con la de piloto».
Has tenido muchos grandes pilotos y varios Campeones del Mundo. ¿Con quién/quiénes te quedarías de todos los que han pasado por el Team Aspar?
«Yo creo que cada piloto es un mundo. El piloto 100% perfecto no existe. Todos tenemos cosas buenas y malas, pero aprendes y tienes grandes experiencias de todos los pilotos. Y más si tienes grandísimos pilotos como Nico Terol, Álvaro Bautista, Julián Simón, Gabor Talmacsi, Aleix Espargaró, Raúl Fernández... Pero cada piloto es un mundo. Es difícil decir: 'Me quedo con este'. Cada uno tiene una cosa».
Este año habéis dejado de tener equipo en MotoGP, pero volvéis a contar con estructura en Moto2. ¿Qué planes de futuro tiene ahora el equipo?
«Los planes son potenciar al máximo el proyecto de la escuela con Nico Terol, tanto para el FIM CEV (Mundial Júnior de Moto3) como para la European Talent Cup. Creo que ese es uno de los objetivos prioritarios ahora, porque pienso que tenemos que sacar nuevos talentos de nuestra propia factoría. Evidentemente, estar en Moto3, Moto2 y MotoE. Los cinco proyectos que tenemos ahora son estos. Ojalá que en un futuro volviésemos a estar en MotoGP».
En noviembre te nombran Leyenda de MotoGP, además en el Gran Premio de Valencia. ¿Lo consideras como el mayor reconocimiento posible que se puede tener en este paddock?
«Sin duda. Hace unos años la FIM me nombró Leyenda y este año lo hará MotoGP. Mi gran amigo Carmelo Ezpeleta me llamó este año para decírmelo y para preguntar que dónde quería que me hicieran el homenaje. Y el lugar es Valencia, mi casa, y además es un circuito que para mí es especial, porque fui parte del diseño, de la construcción y de todo lo que se hizo en el Circuito Ricardo Tormo. Por tanto, es un lugar maravilloso. Será un día muy especial para mí».
¿Qué sueños le quedan por cumplir a Jorge Martínez "Aspar"?
«Siempre hay sueños. Afortunadamente, tenemos muchos sueños realizados. Uno de los que digo yo muchas veces es haber sido yo Campeón del Mundo y haber hecho que un piloto como Nico Terol, nacido de la Cuna de Campeones y de la escuela, y que con 10 años empezó a correr con nosotros, también fuese Campeón del Mundo con nosotros. ¿Sueños? Para mí lo sería seguir en el Mundial ganando y volver a ser campeones. Es mi nuevo reto».