Hablamos con Álex Márquez, autor de dos podios en su debut en MotoGP
Álex Márquez atiende a MOTORBIKE MAGAZINE antes de la recta final del Mundial de MotoGP 2020. El piloto del Repsol Honda afronta un momento dulce tras su explosión en MotoGP con sus podios de Le Mans y MotorLand Aragón.
En esta "nueva normalidad" de los Grandes Premios en el año del Covid, las entrevistas se hacen desde el otro lado de la pantalla. A la espera de que la situación global pueda solucionarse y de que lo más pronto posible nos podamos quitar esa etiqueta de 'quedados especiales', las videollamadas se han convertido en la herramienta de trabajo principal para hablar con los protagonistas del campeonato.
En una de esas charlas de Zoom nos espera Álex Márquez (Cervera, 23/04/1996). El piloto del Repsol Honda está cerca de poner fin a una temporada de debut en MotoGP que, si bien empezó con serias dificultades, está terminando por encima de las expectativas. Dos podios consecutivos bajo la lluvia de Le Mans y bajo el 'fresquito' soleado de MotorLand Aragón pusieron el foco sobre él en una temporada en la que la gran mayoría de la parrilla ha tenido su momento de gloria.
Fiel al estilo que le ha llevado a ser dos veces Campeón del Mundo, Álex Márquez ha ido dando pasos a su ritmo, pero siempre hacia delante y seguro de lo que hacía. Empieza a cogerle el gusto a esa difícil Honda y a asentarse en posiciones destacadas a la espera de cambiar de box el año que viene para poner rumbo al LCR Honda. Asegura que «da rabia» no haber podido saborear más su año como compañero de Marc Márquez debido a su lesión, pero cada vez camina con paso más firme e independiente, sin necesidad de reivindicarse. Y advierte: «No me molesta que me pregunten por Marc, pero sobre una lesión, no creo que tenga que ser yo su portavoz durante cada Gran Premio». Álex Márquez, firme candidato a ser el mejor debutante del año en MotoGP, en MOTORBIKE MAGAZINE.

MOTORBIKE MAGAZINE: Está siendo un año complicado para ser debutante por el hecho de rodar en menos circuitos, de hacer menos test y de que todo sea tan extraño, pero al mismo tiempo es la temporada más loca que se recuerda y prácticamente todos habéis tenido vuestro momento. ¿Este 2020 tiene más ventajas o desventajas?
Álex Márquez: «Desventajas por un lado, sobre todo porque las primeras carreras fueron duras. Después de estar tanto tiempo sin subirme a la moto no fue fácil y cuesta volver a arrancar, sobre todo a mí que soy un piloto más diésel, que necesita más vueltas para acostumbrarme a algo. Después, ha sido un año de ventajas porque se ha vuelto un poco loco. Los rookies hemos tenido la oportunidad de hacer buenas carreras, en carreras en las que los teóricos favoritos han tenido más problemas o han sufrido más. No porque haya llovido o algo así, sino porque no han sabido sacar el máximo en un circuito o unas condiciones completas. Entonces ha habido ese reparto de resultados, que creo que ha sido bonito para el campeonato».
MotoGP es como hacerse mayor, como hacer la mili. ¿Cómo ha cambiado la película para ti este año?
«Mucho. En Moto2 era un piloto al que le gustaba mucho estar en el box, mirar las cosas y volverlas a mirar, preguntar... Pero en MotoGP, todas las cosas que puedes aprender, mirar o volver a preguntar se multiplican por diez. Porque muchas veces haces una reunión y parece que sí, pero no te queda claro del todo, así que vuelves a preguntar a la media hora. Me gusta que haya tantas cosas, porque al final es mi pasión y me encantan las motos, así que disfruto con que haya tantas cosas para mirar y para marear. Porque, como digo yo, en el box por las tardes se marea mucho».
«En Aragón me encariñé con la Honda, pero hay que hacerlo en más circuitos. Hacer dos o tres GGPP buenos al año no sirve de nada»
Y se magnifica todo mucho más, tanto lo bueno como lo malo... MotoGP es un altavoz gigante.
«Está claro. Al final en Moto2 tienes el voto que tienes en hacer o decir según qué cosas, pero en MotoGP la gente se fija más. También los niños y, personalmente, tienes una mayor responsabilidad de no meter la pata. Todos los niños que empiezan se fijan en pilotos de MotoGP, así que al final tienes esa responsabilidad de dar ejemplo para esos niños que suben».
Para ti ha habido como dos temporadas en una: de Jerez a Misano 1 y de Misano 2 a la actualidad. En función de tus expectativas, ¿cómo definirías cada parte?
«La primera por debajo de las expectativas, sobre todo a la hora de disfrutar encima de la moto. Desde el principio esperaba disfrutar algo más; no que saliera todo más fácil, pero sí que yo me sintiera mejor encima de la moto. La segunda parte, a partir de Misano 2, casi por encima de las expectativas. Y sobre todo Aragón, totalmente por encima de las expectativas. Eso es bonito, pero hay que intentar crecer. Ahora tenemos una muy buena prueba que son estas últimas carreras».
Parece que con la Honda hay que cruzar una barrera invisible para ser rápido. Hay que encariñarse, hay que coger confianza, incluso caerse... ¿Cómo de cerca estás de esa barrera?
«La voy cruzando de vez en cuando. Hay veces que vuelvo atrás y que vuelvo a tener ese muro en el que dices: "Qué está pasando hoy, que no acabo de ir". De golpe lo vuelves a controlar y es un poco ese amor-desamor encima de la moto dependiendo del día, del circuito y de las condiciones. Cada vez estoy disfrutando más y siento la moto más mía, y cada vez puedo jugar con más aspectos de la moto. Eso es positivo».
¿Te has encariñado ya con ella?
«En Aragón sí. Ahora hay que encariñarse en muchos más circuitos, porque si no vamos mal. Hacer al año dos o tres Grandes Premios buenos no sirve para nada, hay que intentar estar más constante ahí. Pero al final este año, está claro que siendo una temporada de debut es normal que haya altibajos. Pero en un año normal como el que viene hay que intentar estar regularmente en el top 10 y sumar en cada carrera, porque como se ha visto esta temporada es muy importante ser regular en un campeonato que esperemos que el año que viene sea más largo».
«Tener un contrato firmado antes de empezar la temporada me dio tranquilidad para hacer un año de debut como toca. Siempre intentando ir hacia delante, pero sin prisa o ansiedad»
Se ha hablado mucho de esa restructuración de Honda para 2021, con tu paso al LCR y la llegada de Pol al Repsol Honda. En tu caso, afrontabas el 2020 casi como un año de “todo o nada”, pero acabaste siendo renovado hasta 2022 antes de debutar. ¿Cuánto ha podido ayudar eso a tu temporada?
«Al final, que no estés en el equipo oficial fastidia, es así. Pero si te pones en su situación, como hice yo, al final estábamos en plena pandemia con el Covid por el medio. Que una fábrica tan grande como Honda confíe en ti por lo que has conseguido, ya es de agradecer. Agradecí esa oportunidad y la cogí sin pensarla. Pero está claro que empezar el año con un contrato firmado me dio esa tranquilidad de poder hacer un año de debutante como toca, pasito a pasito, y siempre intentando ir hacia delante. Pero sin la prisa o sin esa ansiedad que quizá te daría no tener un contrato firmado. Eso me benefició mucho para subir cada escalera como tocaba y no querer tener demasiada prisa. Para mí no es un paso atrás, es un paso al lado. Creo que puedo seguir creciendo y creceré muchísimo como piloto en la estructura del LCR, tienen mucha historia y son muy profesionales. Habrá gente muy buena en el box».
En un año que pintaba especial personal y profesionalmente con Marc como compañero, ¿da rabia no haber podido apenas saborear eso?
«Sí, está claro que da rabia no poderlo compartir con él. Cuando eres pequeño no te imaginas poder compartir un equipo con tu hermano y menos en MotoGP. Para mí hubiera sido un sueño ya compartir algo en Moto2 o Moto3, pero él subió con mucha prisa, como digo yo, y le fue todo muy rápido. Compartir equipo en MotoGP es algo muy especial y no lo hemos podido saborear de la mejor manera por su lesión. Pero habrá que trabajar para en el futuro intentar volver a compartir a equipo».
El punto álgido de tu temporada llegó en Aragón, donde se te vio muy por el sitio, pilotando fino y sin grandes sustos. ¿Qué radiografía harías de tu estilo de pilotaje respecto al de Marc?
«Honestamente, si no comparas a dos pilotos desde fuera, cuando te comparas a ti mismo con otro, es difícil decir las diferencias. Desde fuera puede parecer mucho más raro, pero desde dentro yo no lo veo muy diferente. Al final la Honda se lleva de una manera, que es siendo agresivo, entrando en curva derrapando, girando derrapando de atrás... Esa es la manera de llevarla, pero también cada piloto le pone su estilo más natural o lo que parece. Movimientos encima de la moto, moverse más, moverse menos... Todo eso influye mucho. Para un piloto a la hora de compararse con otro es difícil decir cuál es la diferencia. Lo que tengo que conseguir en entrenamientos es buscarle durante más vueltas el límite a la moto para que en carrera todo esté más controlado y no nos llevemos más sorpresas como en Aragón 2. Una caída como esa puedes tener, porque es una curva muy crítica, pero si en entrenamientos vas más al límite y pruebas más, quizá en carrera estás más alerta».
En este sentido, ¿cómo es trabajar con Ramón Aurín? Se os ve con un perfil parecido a los dos, muy tranquilos a la hora de trabajar y de encontrar soluciones.
«Los dos tenemos momentos de nervios, pero Ramón ha sido importante para el primer año, porque explicando las cosas siempre es muy preciso. Tiene mucha experiencia y te explica todo a la perfección, y eso ayuda a tener las ideas más frescas desde el primer año. Con cosas que igual otros técnicos tardarían más en explicar o no caerían en ello, Ramón siempre está en todo y es claro. Te dice: "Esto te lo explico pero no es importante", y si es importante, te lo deja claro y te dice que hay que tenerlo en cuenta para el futuro».
«No me molesta que me pregunten por Marc, pero sobre una lesión, no creo que tenga que ser yo su portavoz durante cada Gran Premio»
Verte en el podio, en las ruedas de prensa… ¿Cuánta fuerza te ha dado internamente y también de puertas hacia fuera?
«Mucha fuerza. Cuando trabajas tanto, lo bueno es que salgan resultados. No he llegado nunca a perder la motivación, porque en un año no se pierde, pero si sigues trabajando y no llegan los resultados, al final te acabas desmotivando. Siempre es importante para mí y para el equipo, da esa gasolina extra para que todo vaya fluyendo cada vez más».
Del 1 al 10, ¿cuántas ganas tenías de decirnos a los periodistas que ya no querías responder más preguntas sobre Marc?
«Siempre he dicho que no me molesta que me pregunten sobre Marc. Pero claro, no me molesta que me pregunten por su estilo de pilotaje, por sus resultados... Pero sobre una lesión, no creo que tenga que ser yo su portavoz durante cada Gran Premio contestando lo mismo. Esa es faena, o tienen que contestarlo de una forma más correcta que yo, para el Team Manager o para Emilio. A mí, si me preguntan cómo se siente Marc, sólo puedo decir si está bien y si está contento, triste o lo que sea. Pero son los miembros del equipo los que lo tienen que comunicarlo de una mejor manera».
Hace dos años compartiste equipo con Joan Mir en Moto2. ¿Te esperabas que estuviese ya peleando por el título de MotoGP?
«Sí, ¿por qué no? Al final, cada uno lucha por sus sueños y él lo está haciendo con el suyo y con el que tenemos todos, que es ser Campeón del Mundo. Lo está aprovechando muy bien y lo está haciendo. Al final, las dos carreras de Valencia también serán para él una prueba para el futuro. Creo que Yamaha aún, sobre todo Quartararo y Viñales, tienen mucho que decir porque en Valencia van muy rápidos los dos y pueden superarlo. Mir sabe que tiene la presión de que probablemente, por números, tendrá que ganar una de las carreras que quedan si quiere ser campeón. Está aún muy abierto y creo que los resultados de Aragón le han podido quitar a Quartararo esa presión de ser el referente, y creo que aquí debería dar un golpe encima del Mundial si es que quiere ganarlo».