«Nunca me ha dado miedo ningún rival»

Álex Crivillé repasa junto a MOTORBIKE MAGAZINE su historia, la del primer piloto español Campeón del Mundo de 500cc. Desde su museo, un rincón de culto presidido por la Honda NSR500, viajamos a través de su trayectoria.


MBK


Álex Crivillé abre las puertas de su museo a MOTORBIKE MAGAZINE para realizar un viaje a través de su historia. El ‘noi de Seva’ siempre será recordado como el primer piloto español que ganó un título en la categoría reina, con las añoradas 500cc, donde se proclamó Campeón del Mundo en 1999. Diez años antes había logrado el título de 125cc con la histórica JJ Cobas.

En su museo, presidido por la icónica Honda NSR500 con la que fue campeón de la máxima categoría, y en el que también figuran las principales motos de su carrera deportiva, monos, cascos y todos sus trofeos, transcurre esta amplia entrevista que repasa su trayectoria, sus vivencias y algunas anécdotas de toda una leyenda del motociclismo.

Te dejamos aquí con un pequeño anticipo: algunas de las mejores pinceladas de esta amplia entrevista con Álex Crivillé. Esto es sólo un avance, recuerda que puedes verla al completo en nuestro canal de YouTube:

Su museo, un rincón de culto: «Me gusta de vez en cuando arrancar las motos. No todas, porque la 500cc requiere de un mecánico profesional. Afortunadamente, tengo cerca a Javier Ullate, que de vez en cuando viene aquí, la pulimos un poco y un día de estos la tenemos que arrancar. Pero sí que arrancamos la del Criterium, la Derbi todavía no... Pero te vienes aquí y te trae muy buenos recuerdos. Le das vueltas en tu cabeza, pensando en el pasado, en lo que hicimos y eso te honra, te llena. Lo que conseguimos fue una pasada».

Josep y Antonio, hermanos y sus cómplices: «Josep es el grande, que competía en motos, en el Campeonato de España y en Montjuic. Yo creo que vio algo en mí, igual que mi hermano Antonio, también, y fueron los que me impulsaron a probar la competición. Gracias a ellos fui a hacer las pruebas de Calafat, con Honda Taulé. Allí me seleccionaron, hice unas vueltas rápidas, y a partir de ahí fue una locura. No sé qué vieron en mí. Yo lo hice fácil. Quizá fue porque me vieron pilotar antes por las curvas del Montseny, que tumbaba ahí frenando poco, con buen paso de curva... y dijeron 'Este chaval, igual tiene algo'». 

entrevista alex criville 1Pasión por el motociclismo desde niño: «Yo llegaba el viernes, cuando venía del cole, y cogía la moto. El sábado iba todo el día en moto, el fin de semana siempre en moto, y cuando acababa la gasolina, hacía autostop iba a la gasolinera a buscar más... Sólo pensaba en ir en moto, era un placer que me encantaba. Esto lo llevas dentro, y cuando lo llevas dentro hay algo que te dice: "Quiero eso para mí". Y dijeron "A este chaval hay que probarlo", y así lo hicimos». 

El título de 125cc y trabajar con Antonio Cobas: «Nos fuimos de Derbi a un proyecto que era JJ Cobas, prácticamente con la moto blanca, no teníamos el patrocinador cubierto. Al final, encontramos Marlboro, que cubrió el proyecto y ganamos ese primer año el Mundial (125cc). Fue increíble». 

«¡Bua! Era una cosa... Tener a Antonio (Cobas) al lado era increíble. Era un técnico que con pocas palabras, con poquitas cosas que yo gesticulaba y le explicaba a Antonio, él lo entendía perfectamente. Teníamos cuatro sensores en la moto, poquísima telemetría, y con eso él ya ajustaba la moto. La bajaba, le ponía un poco más de ángulo, la suspensión más dura... Tres o cuatro cosas con las que la moto iba perfecta. Era un mago de la ingeniería, un mago de los chasis. Aprendí muchísimo trabajando con él y creo que gracias a él gané ese Mundial con autoridad». 

El inesperado salto a 500cc: «La verdad es que fue increíble, porque estaba en 250cc con Antonio Cobas en 1991, con una moto a la que le faltaba motor, pero tenía un chasis brutal, con un agarre alucinante y un gran paso de curva. De repente, Sito (Pons) se baja de la moto, se retira, y me dice: "Tenemos que hablar". Me propuso subirme en la moto, es que casi me subió él. Me dijo que no podía decir que no, que era una oportunidad única. Probamos la moto en el Circuit, y después de ponerme a más de 300 km/h, cuando me bajé dije: "¡Bua! No sé si voy a poder sacarle el jugo y pilotarla al cien por cien". Eso era una locura».

Protagonista en 500cc desde su debut en 1992: «Me aventuré al paso a 500cc y me encontré con un equipo ya hecho, con Antonio Cobas, con Santi Mulero. Un equipo humano, satélite pero con gente muy profesional. Me ayudaron muchísimo a evolucionar, a correr sin presión, y tan bien fueron las cosas que conseguimos en la tercera carrera un podio en Malasia y luego en Holanda ganar un Gran Premio; el primer piloto español en ganar en 500cc». 

alex criville entrevista

Mick Doohan, su gran rival: «Mick era un piloto extraordinario, muy rápido. Hacíamos muchos test en Eastern Creek y en Phillip Island, y alucinaba con cómo trazaba la curva 3, en bajada. Hacía viento y el tío iba en tiempos de récord, yo no me explicaba y no entendía cómo podía ir tan rápido. Y era porque en algunas curvas incluso derrapaba de delante, que eso me hacía pensar que nunca podría ir tan rápido y estar con él, porque hacía cosas increíbles. Físcamente trabajaba siete días a la semana, era un armario, y me gustaba su actitud frente a los japoneses. Era un tipo muy, muy exigente, con mucha mala leche. Cuando algo no funcionaba, se encabronaba al máximo y le decía incluso a los japoneses: 'Esto es una mierda, no va'. Tenía un equipo con Jeremy Burgess, él y un conjunto que hacían piña y al final conseguían lo que querían. Clarísimamente él era el número uno en el equipo y yo el dos, porque primero llegaban las piezas a él y luego a mí, hasta que en 1996 Honda se dio cuenta de que estaba rodando prácticamente en sus tiempos. Ahí cambiaron las cosas, apostaron también por mí y nos dieron el mismo material. Ahí empezamos con materiales oficiales y con igualdad de condiciones. Pusieron un muro en los boxes, que eran unas cajas, y pasamos de ser amigos a una rivalidad total». 

Una lucha histórica. «Nunca me ha dado miedo ningún rival»: «Le gustaba jugar un poco psicológicamente, pero a mí no me afectaba en absoluto. Iba a mi bola y no me afectaba. Nunca me he fijado demasiado en mis rivales; sí que me he fijado, pero no me he comido el coco en este aspecto. Mick era, de alguna manera, también un tipo introvertido, muy suyo, muy serio, profesional al máximo y con las ideas muy claras. Yo era más introvertido, me conformaba con lo que tenía. Exigía, pero de otra manera. Pero nunca me ha dado miedo ningún rival, no me ha dado respeto ningún rival y siempre he pensado que podría con mi rival. Al inicio sí que pensaba "Este tío es muy rápido", pero luego me fui mentalizando, entrenando y autoconvenciendo con los tiempos de que podía estar con él y de que podía ganarle. Eso me dio esa mentalidad de intentarlo y de probarlo, hasta que lo conseguimos». 

1999, el año de la gloria y sus recuerdos de entonces: «Las carreras. La concentración en Río, en esa carrera que tenía que acabar y que corría con la muñeca rota, con el pisiforme. Llevaba un colchón de puntos importante y ese final de temporada fue duro, pero a la vez fácil porque era asequible acabar entre los diez primeros, y así lo hicimos. Pero por la cabeza, las victorias de casa, que siempre me han gustado mucho, la gente lo ha vivido muy de cerca, con mucha pasión: Jerez, la de Barcelona... Y también pensé en mi padre. Falleció en 1998 y yo gané en el '99, así que no pudo celebrar ese título, que creo que le hubiese gustado mucho verme coronado Campeón del Mundo. Él sufría mucho, se iba por ahí a ver las carreras...».

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Una retirada prematura y los motivos de la misma: «Lo pasé muy mal en mi retirada. En el '99 ya no estaba fino, tuve un desmayo antes de Valencia, uno o dos días antes. Ya me fui a Valencia en helicóptero. Unos desmayos que al final me hicieron tomar una decisión. Fui a Canadá a ver a los mejores doctores del mundo y al final decidí que no podía correr así, porque era peligroso y no tenía salud. El 2000 fue un desastre, porque hubo muchas carreras en agua, yo no estuve del todo fino, la moto no funcionaba, era mejor la del '99. Y en 2001, después de los resultados, dije: "Lo dejo". Además, tenía un precontrato con Yamaha, que empezaba 2002 con las 'dos tiempos' y pasaba luego a las 'cuatro tiempos'. Probé esa Yamaha, que iba muy bien y tenía un chasis fantástico; hicimos unos tiempos muy buenos en Valencia, con una moto que era muy fácil de llevar, aunque el motor era un poco más flojo que el de Honda. Pero si no hay salud, no hay pasión, no hay esa energía y esa visión de ir a ganar, porque no puedes. Y ahí lo dejamos».

alex criville entrevista 2¿Le queda algún sueño por cumplir a Álex Crivillé?: «Yo creo que no... Salud, vivir la vida a tope, con mi familia. Me siento muy, muy realizado, satisfecho. Siempre te hubiese gustado más y no eres conformista; quizá otro título en 500cc o que esa despedida y esos últimos años que fueron malos... Pero hay que ser consciente de que se ha hecho mucho y, en mi caso, súper satisfecho de donde he llegado, de lo que me quiere la afición y de esa etapa que vivimos, que para mí fue una etapa de las mejores. Una carrera con casi siete millones de espectadores viéndola, con la abuela que no entendía de motos y decía: "Voy a ver la carrera de Crivi, que está corriendo". Eso para mí es lo máximo». 

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