TR6 de 650 y T120 de 650
Elvis Presley era un apasionado de las motos y, a mediados de los años 60, adquirió 9 motos Triumph para regalárselas a sus amigos y disfrutar juntos de ellas. Ahora, más de medio siglo después, no hay rastro de ellas. Ahora, los aficionados de la marca británica y de la mayor figura del rock tienen una misión común: encontrar esas motos históricas.
A Elvis Presley le encantaban las motos y le gustaba disfrutar de ellas en compañía. El rey del rock eligió Triumph para pasarlo en grande con sus amigos más íntimos y llegó a regalar hasta nueve de ellas, tal y como se ha podido confirmar gracias a la aparición de una serie de cheques originales entre los archivos de Graceland. De aquellas motos, que eran una mezcla de modelos como la TR6 de 650 y T120 de 650, no hay ni rastro, y ahora la firma de Hinckley ha lanzado una misión tanto para los amantes de las motos como del propio Elvis: encontrar esas motos para que sean expuestas como se merecen.
Elvis no solo disfrutaba de las motos en sus ratos libres, también aparecía con ellas en muchas de sus películas, como es el caso de la Triumph Bonneville 650 Desert Sled roja y plateada que puede verse en ‘Stay Away Joe’, comedia musical de 1968. Pero la historia que te contamos se remonta un poco más atrás, cuando Elvis rodaba ‘Frankie and Johnny’ en los estudios Samuel Goldwyn de Hollywood y disfrutaba de su tiempo libre en su lujosa casa de Bel Air, junto a la conocida como Mafia de Memphis, formada por sus mejores amigos.
En ese momento Jerry Shilling, uno de estos amigos cercanos, se compró una Triumph 650 Bonneville T120 en Robertson & Sons, en Santa Mónica Boulevard. Elvis no dudo en pedírsela para probarla en cuanto la vio y la experiencia le gustó tanto que nada más bajar de la Triumph, le dijo al transportista, Alan Fortis, que encargase “una para cada uno de los muchachos, pero… ¡Tiene que ser esta noche!”. Los deseos del rey del rock no tardaban an hacer realidad y en tan solo unas horas recibieron las siete primeras motos entre TR6 de 650 y T120 de 650 con doble carburador de alto rendimiento.
"A Elvis le encantaba andar en moto y yo sabía que cuando viera mi nueva Bonneville querría probarla… y cuando lo hizo, quería que todos los muchachos tuvieran una para que pudiéramos montar juntos”, contaba Jerry Shilling. Ese día la Mafia de Memphis pasó la noche recorriendo Bel Air sobre motos Triumph y solo se detuvieron cuando los vecinos terminaron llamando a la policía, porque el jolgorio se les había ido de las manos. Dos días después recibieron las otras dos Triumph que faltaban y cada domingo el grupo se divertía se divertía recorriendo Pacific Coast High.
La aparición entre los archivos de Graceland de los cheques de la transacción firmados por Elvis ha confirmado la compra de esas motos, pero actualmente se desconoce la ubicación de cada una de estas nueve motos, por lo que Triumph Motorcycles realiza un llamamiento a todos los aficionados del planeta, a quienes plantea una emocionante misión: encontrar las motos originales que Elvis compró y de las que disfrutó durante el verano del 65. Cualquier pista fiable que ayude a dar con ellas será de gran ayuda para los investigadores de la fábrica de Hinckley
Triumph se ha marcado el objetivo de recuperar esas nueve Triumph 650 TR6 y Triumph 650 Bonneville T120 para exponerlas junto a otras motos históricas de la marca, por lo que si dispones de alguna información relacionada con la ubicación o el destino de las mismas, por favor, contacta con Triumph a través del correo electrónico [email protected].
Las motos que Triumph ha puesto en “búsqueda y captura” son una mezcla de 650 TR6 y 650 Bonneville T120, ambas del 64. Dos modelos que revolucionaron el mercado en aquel momento, por su alto rendimiento. Entre ellas, además de que tenían diferentes esquemas de color, la gran diferencia estaba en el número de carburadores (uno o dos) y la puesta a punto del motor.
Ambas son sin duda motos históricas pero especialmente lo es la Bonneville T120, cuyo nombre surge de los incontables récords de velocidad obtenidos por Triumph en las salinas de Bonneville. Aquellos éxitos elevaron a la marca británica al número uno en rendimiento, manejo y estilo durante la década de los 60, y desde entonces su diseño se ha mantenido como un verdadero icono hasta hoy.