«La competición es muy agresiva a nivel psicológico; si cedes enseguida, cuando venga uno más grande te va a comer»
Dani Pedrosa fue protagonista junto a Jorge Prado del primer episodio del podcast de Red Bull 'Carreras cruzadas'. En él, dejó muchas y muy interesantes reflexiones sobre su carrera deportiva.
Red Bull ha lanzado el podcast "Carreras cruzadas". Un serial en audio en el que dos pilotos vinculados a la marca repasan sus carreras deportivas junto a la periodista Vanessa Guerra.
El primer episodio del podcast cruzó las carreras deportivas de Dani Pedrosa y Jorge Prado, tricampeón del mundo de velocidad y bicampeón del mundo de motocross, respectivamente.
Pedrosa, retirado de la competición desde 2018 y actual probador de KTM en MotoGP, dejó reflexiones muy interesantes sobre su trayectoria. Aquí tienes muchas de ellas:
Sensaciones tras una victoria: «Cuando ganaba las carreras de 125cc y 250cc, cuando estaba volviendo de viaje pensaba: "Está bien. El trabajo está bien hecho". Es como esa sensación de paz. Después ya en MotoGP, a mí me ha pasado que las celebras más en el momento. No sé si tiene que ver con el hecho de la prensa. No sé cómo es en el motocross, pero en MotoGP la diferencia a nivel mediático de correr en 125cc o 250cc, Moto3 o Moto2 ahora, a hacerlo en MotoGP... El 'boom' mediático es como día y noche. Todo pasa más intensivo, a nivel de prensa y todo, en ese momento. Sin embargo, en las categorías pequeñas sí que hay un poco de prensa y tal, pero queda como más en el equipo y en el entorno, y no queda tan expuesto hacia fuera».
Agradecimientos y emociones tras ganar una carrera: «Siento como una especie de alivio, en el sentido también de gratitud. Estás tantos días preparándote para poder llegar ahí y ganar. Muchas veces haces segundo o tercero y no ganas, así que pasa mucho tiempo hasta que ganas una carrera contra los mejores. En todo ese tiempo has tocado gente del equipo, mecánicos, familia, amigos, médicos, preparadores... Toda esa gente que está ahí dando esa ayuda que necesitas. En ese momento, cuando estás ahí arriba, das las gracias a todos porque ha valido la pena estar todos esos meses trabajando para conseguir ese resultado. Era la manera que yo tenía de dar gracias a esas personas».
Sus lágrimas en el podio tras ganar en Jerez en 2017: «Es un poco esto. Venía de lesionarme dos veces seguidas de la clavícula, y una o dos semanas antes había hecho podio. Esta vez gané, estaba allí (en el podio) y empecé a pensar que si me habían operado, en el médico... No sé exactamente qué pensé, pero fue algo de esto, y enseguida empecé a llorar porque ves cuánto te ayuda la gente y quieren que te vaya bien. Es el momento en el que liberas y devuelves el equilibrio a toda esa ayuda que me han dado».
El paso definitivo a convertirse en piloto profesional: «Hubo un momento en el que me saturé, ya que en el instituto me iba muy mal porque viajaba muchísimo por todo el mundo, y ahí con mis padres decidimos "o estudio, o corro en moto". Estuvimos un año debatiendo día a día, y al final yo me decidí por las motos. Al final dije: "Si me he decidido por esto, tengo que ir a por ello". Tuve que pelear».
Doohan, su ídolo: «Yo miraba las carreras con mi padre. Las empecé a mirar a principios de los '90 y eran unos carrerones con Rainey, Schwantz, Doohan... Y luego vino Álex Crivillé. En esa época yo miraba más 500cc, no conocía las categorías más pequeñas. Siempre me gustó mucho Doohan y el equipo Repsol Honda. Fue uno de los pilotos que más seguí».
El día que conoció a Doohan: «Fue diferente. Me chocó un poco. Yo cuando le conocí ya era piloto. Fue diferente cómo te esperas que es una persona, la imagen que tú tienes, y luego la que es en verdad. No tenía un gran inglés en aquel entonces y me costó expresarme. Quizá no entendí todo lo que me dijo, no me acuerdo, pero Doohan tiene una personalidad bastante fuerte. Es bastante serio. También conocí a Rainey y me llevé una gran sorpresa, porque desde fuera le veía muy concentrado, cerrado y demás, y cuando le conocí fue al contrario: muy amable y abierto. Tener la oportunidad de conocer a tus ídolos es una experiencia muy especial».
Sacrificios y ventajas de ser piloto de élite desde muy joven: «Pierdes un poco la parte juvenil de entre los 15 y los 25, de cuando la gente se divierte. No vives lo mismo que tus amigos en ese sentido. Claro que viajaba y hacía otras cosas, pero no tuve esa parte en la que la gente sale, se divierte, pasa los fines de semana haciendo planes y demás, porque estás concentrado y haciendo tu plan de entrenamientos para llegar a esa carrera preparado. No me arrepiento para nada. Yo escogí esto y no me arrepiento de nada. Maduras mucho antes y dejas de hacer "el malote" o "el tontín" antes de tiempo, y te conviertes un poco más en adulto antes de tiempo».
Sobre las lesiones, volver sin estar del todo recuperado u ocultar algunas que hayan sido pequeñas: «Porque no tienes a nadie que vaya a coger los puntos por ti. Tú tienes que parar, pero el campeonato no se para y cuando ya sabes lo que es, y después todo lo que tienes que remontar, a veces decides que es mejor no parar. Yo, por ejemplo, no es que haya ocultado, pero a veces he tenido lesiones que no le he dicho ni a la prensa ni al equipo, porque a lo mejor tampoco era una lesión tan grave y he intentado tirar esa carrera o esas dos carreras como he podido. Después a lo mejor mis resultados no han sido los mejores y ya la gente te pone en duda. Cuando es una lesión grave, tienes que estar parado. El cuerpo te lo pide. Pero hay momentos en los que, dependiendo del tipo de lesión, sí que puedes forzar. Es importante hacerlo, porque va con el estado mental. El deporte de competición es súper agresivo a nivel psicológico y si cedes enseguida, después cuando venga uno más grande te va a comer. Es importante mantener el estado mental fuerte, y a veces estas son pruebas que te ponen y que tienes que pasar».
La evolución de los compromisos y responsabilidades a medida que asciende de categoría: «Cambia un poco. La esencia es la misma. Pero cambia, porque hay tantos factores.... Como por ejemplo la prensa; al principio no tienes casi ni que preocuparte de la prensa, para ti es todo dar gas y punto. Pero después, tienes que dar gas, después saber gestionar a la prensa, luego tienes que quedar bien con el sponsor... A medida que lo vas haciendo bien, se abre un poco el abanico de las cosas que debes dominar. No sólo tienes que ir rápido en moto, tienes que dominar otras cosas que a lo mejor no son tan naturales para ti. A mí me costaba más todo lo que estaba fuera de dar gas. La perspectiva cambia, porque de pequeño tu enfoque puede ser 100% carreras y después, más grande, el porcentaje varía un poco. Tienes que enfocar un poco más de tiempo y días a los patrocinadores, y un poco menos a tu carrera. Va un poco con el campeonato, que es así».
¿Se arrepiente de decisiones o situaciones que ha vivido en su carrera deportiva?: «Yo sí. Siempre he tenido una guía muy buena, pero en la vida hay que aprender un poco y hay que cometer errores. A veces no estás al 100%; no sólo en el ámbito deportivo, sino en cualquier ámbito. A veces me he preguntado si he hecho algo bien o no, pero forma parte. Cuanto más seguro estés de una cosa, mucho mejor».
Sensaciones antes de la primera carrera en el Mundial (Suzuka 2001) vs. sensaciones antes de la última (Valencia 2018): «Es un poco más triste. La primera vez es como que no sabes qué va a pasar, pero la última vez sí que lo sabes. Es una sensación peor. Al final es una decisión que tú tomas y lo vives de otra manera. Pero ese momento de empezar y el de terminar lo que más te gusta del mundo, es muy diferente la sensación».
Recuerdos de su último fin de semana, en Valencia 2018: «Va a parecer una chorrada, pero lo que más recuerdo y lo que más rabia me dio, es que estuvo lloviendo todo el fin de semana. Jueves, viernes, sábado y domingo, no paró de llover. Llovió muchísimo en carrera, la tuvieron que parar porque se empezó a caer muchísima gente y tú no te quieres caer en tu última carrera. Quieres acabarla. Tener que ir ahí de puntillas para terminar fue un rollo. Es de lo que más me acuerdo».
En el documental 'El silencio del Samurái', explicó "he tenido dificultades para que la gente me comprenda". ¿Por qué?: «Es normal, no es culpa de ellos. Tuve problemas porque, como no me expreso mucho, no te haces entender lo suficiente. Como mi manera de expresarme no es muy abierta... Si no eres una persona introvertida, es difícil de entender. Por eso, en un mundo en el que todo era muy extrovertido, era difícil que apreciaran mi manera de hacer las cosas. Yo no me expresaba mucho en las ruedas de prensa con los periodistas, o a lo mejor con los fans. Mi manera de dar las gracias o saludar no es tan expresiva como la de otros y eso se puede interpretar como que estoy enfadado o que estoy muy serio. Mucha gente me decía: "¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan serio?" Y yo les decía: "¡No me pasa nada! Estoy relajado y súper normal". La manera de entender la gente que tenía era diferente a lo que yo sentía. Muchas veces ahí me sentía como que no me entendían. No estaba intentando explicarme de una manera de otra, simplemente estaba intentando ser yo. También hay una tendencia en el Mundial. Por ejemplo, cuando tienes referentes como Valentino, que llega a tanta gente, hace divertir a tanta gente, si no tienes esa personalidad... Y si ya no eres así, ya no molas tanto. Siempre fui como soy y acepté que soy así».
¿Se ha comparado alguna vez con otro/s piloto/s?: «Esto es un poco un vicio que tiene la prensa y después, a causa de la prensa, el aficionado. A mí nunca me ha gustado, porque siempre he creído que cada piloto tiene su magia y hace las cosas a su manera. Es fantástico poder ver cuántas carreras ha ganado uno y cuántas menos ha ganado otro, pero en el fondo la magia de cada uno es incomparable. Los números es lo que se dice siempre. Por eso no me ha gustado, porque cada época es diferente. El momento, la personalidad... Hay muchas cosas que son incomparables. Lo único que puedes comparar son los números, de ahí que se busque intentar meter en una escala a cada piloto. Personalmente, a mí no me ha gustado y si me he comparado a veces con pilotos ha sido porque estás compitiendo contra ellos.
«Tú ahora me pones en comparación y me dices: "Tienes más victorias que Wayne Rainey", y yo digo: "¡No me lo puedo creer!". Pero para mí, Wayne Rainey fue un extraterrestre de las motos, como Kevin Schwantz. Cada uno tiene su momento».