Crom Ride 2023: Crónica de mi participación

Todo preparado. Veo que el viernes antes de la ruta, que es siempre a primeros de julio, organizan un Village en Girona donde recoger la acreditación y el dorsal, así que pienso: como me toca salir muy temprano, me gano una buena cena y una buena noche de hotel para no tener que madrugar; además, Girona es preciosa, y un paseo por el “call” judío y el barrio viejo desde el Onyar hasta la catedral bien vale la cosa: sí, así mañana estaré a 5 minutos de tomar la salida en vez de comerme un Bcn-Girona cuando aún no han puesto ni las calles.

Así que llego al paddock del Pavelló Fontajau donde está el lío y me encuentro con dos buenas opciones: probar una moto en una salida de unos 25 ó 30 minutos en el stand de Aprilia (¡la verdad es que la Tuareg tiene buena pinta!), o ídem cualquiera de las nuevas Triumph Tiger, igualmente atractivas… O me paseo contemplando las últimas novedades de Yamaha, Honda, Suzuki, Macbor, CFMoto, QJ, Kawasaki, Moto Guzzi, Ducati… También puedo equiparme al completo en la carpa-stand de Motocard o Tecnimoto… Montar a mi moto todo tipo de maletas y chuches en Wunderlich o Shad, instalar en mi moto el road book de Vector Note o la app “leetracks” de Atlantis…

¡Ah! ¿Y si me hago un curso de conducción motorizado Formació 3.0 en el Servei Català de Trànsit? Igual si “me tienen fichado” algún día me perdonan una multa, y allí puedo aprender conceptos básicos, que siempre vienen bien… Bueno, al final del día he hecho casi todo, y hasta me he podido tomar un refresco tranquilamente con unos conocidos que vienen con una África Twin y una R 1250 GS…

He leído en el Facebook una especie de decálogo sugerido a los participantes de la Crom Ride. Veamos: Recoge el dorsal el día antes. Revisa la hora de salida de tu ruta… ¡Vale, salgo a las 7:10! Lo tengo. Dos: Ven 30 minutos antes para poder desayunar. Hecho: he tomado un buen café y coca de Girona para llenar estómago antes de la salida, ofrecidos por la organización en la carpa-restaurante ¡Fet! Más: ¿Has preparado bien tu moto para la Crom Ride? Sí, claro: iba a salir con un neumático trasero al que le quedaba un tercio… pero he hecho caso al stand de montaje de Metzeler acerca de que esta poca goma que queda “se desvanece” en apenas 300 km y te quedas en las lonas, mejor no escatimar en salud y factura de piezas de carrocería. Lo he cambiado allí mismo… ¡Ah! Y además, en Galfer me han revisado las pastillas –iba bien-, y en Motorex engrasado la cadena. Todo a punto.

Me dicen también que estacione convenientemente al llegar a los controles de paso.

Bien, al primero en Espinelves, llego sin problemas no solo siguiendo el track en .gpx en mi móvil: como salimos en grupo de cuatro motos cada minuto, puedo apoyarme siguiendo a las otras motos que salen a mi hora… En todo caso, ya estoy seguro de que no voy a perderme: en caso de duda, pienso que “no se van a equivocar también todos los demás”.

La cosa de la Crom Ride va de que al salir te ganas un carnet de ruta que te van a ir sellando los simpáticos y agradables comisarios -¡gracias!- que te esperan bajo una carpa con unas galletas, agua o una manzana de Girona. Un carnet que sugieren, claro, ¡no se te ocurra perder!...

Ah, y sobre todo, y esta fue una de las máximas del briefing al que fuimos convocados el viernes en el Pavelló de Fontajau: ¡Respeta a los otros Crom Riders! En este sentido, recuerdo perfectamente lo que dijo uno de sus expertos organizadores: “Aunque seas el rápido del barrio, siempre, siempre, acabarás encontrándote en la carretera alguien que… ¡va más deprisa que tú! Así que toma tu ritmo, no fuerces por aguantar apenas unas curvas, y disfruta de tu conducción sin agobios”. Así que hago caso; si debo adelantar, procuro asegurarme, sin hachazos, de que me han visto antes… Y si veo que llegan, facilito que me pasen ¡y se vayan, estos locos!

Hemos hecho ya un par de tramos de rallies de coches, Brunyola y, sobre todo, Cladells, una gozada de trazado y buen asfalto. Me he defendido bien, he pasado y me han pasado, pero sin cortes absurdos. Llego a los primeros controles pensando que esto de montar en moto es lo más divertido que he hecho con la ropa puesta.

Salimos hacia Ripoll pasando por otros tramos de la Cataluña central, la Trona, Alpens… Es… ¡tupendo! Tras sellar en la plaza del Monestir – y tomar un buen café en el bar aledaño-, vamos dirección Montgrony –(donde nació la Catalunya medieval, dicen…), el coll de la Creueta… y, ¡oh!, ¡qué sacrificio! nos llevan por la mítica y maravillosa Collada de Toses hasta la Cerdanya y Llívia, donde aparcamos de nuevo, sellamos… y ya hacia el norte, olvidando fronteras, por Estavar, el port de Pimorens –nada de túnel, faltaría más- para entrar septentrionalmente por Andorra, esta vez no para comprar electrónica ni queso, sino para sellar en la tienda Motocard donde, fíjate, ya que llevo maletas, aprovecho una oferta de botas para renovar las mías… El último y principal consejo de la Crom Ride lo sigo al dedillo: “¡gaudeix!” O sea, ¡disfruta! Y lo estoy haciendo a manos llenas pero puño derecho equilibrado...

Buen gas

He leído mucho a expertos periodistas de moto, no a esos yutubers en internet de los “cómo mola la moto de pruebas que me han dejado, tíos”, sino a prescriptores de buenos consejos, y hasta me he añadido alguno. Ahí van algunos que me están yendo al pelo para esta mi primera Crom Ride Girona, mi primera “ruta con dorsal”… pero os aseguro, no la última.

Por ejemplo: ir en moto no es peligroso -¡estrellarse o caerse sí!, pienso para mí-, pero puede ser arriesgado… Está claro que es mejor estar sobre la moto deseando estar en el suelo, que estar por el suelo y desear estar sobre la moto, así que me como ánimos despechados y ruedo a mi ritmo y dejo ir a los demás, porque sé que hay moteros tontos y hay moteros viejos. Pero no hay ningún motero tonto que llegue a viejo.

Olvídate, “cromrider”, o “ridermilero”, o “rodibuquer”… sólo hay dos tipos de motorista: el que ya se ha caído… y el que se caerá, porque se empieza a montar en moto con una bolsa llena de suerte y otra vacía de experiencia; el truco consiste en llenar la de experiencia antes de vaciar la bolsa de la suerte.

Es verdad que a veces los árboles se vuelven locos y corren cada vez más deprisa. Pero el truco de montar en moto es que, si cierras el gas, dejan de hacerlo: en la Crom Ride no hay tramos de velocidad punta, la ruta trazada huye de tramos de enlace y siempre escoge los tramos más virados y más moteros que puedas encontrar en uno de los mejores lugares del mundo para montar en moto.

Efectivamente, a partir de media ruta, vamos de vuelta, ciertamente ya algo fatigados a pesar de haber parado a reposar y repostar todos los depósitos, el nuestro y el de la moto. Pero como todo comienzo de ruta es opcional, aunque volver a casa es obligatorio, en moto hay que cumplir antes que nada la primera máxima: ¡hay que mantener el mismo número de salidas de casa que de llegadas a buen puerto!

Por supuesto, no estamos rodando solos. En la carretera, también en los puertos de montaña, estamos rodeados, así que me mantengo siempre bien alejado de los coches. Los sabios, los moteros viejos y listos, te lo aseguran: para evitarlos, lo mejor es ir pensando en todo momento que ¡van a por ti!… Así que no pienso nunca que “me han visto y saben que voy a pasar” sino que antepongo la prudencia a ganar unos metros, unos segundos, que pueden resultar un desperdicio… En moto, frente a los coches, “tener razón no es pa’tanto”: el débil siempre eres tú... En moto, nunca te fíes de la "razón de paso". Siempre prevalece la "razón del peso"...

Es cierto que las tres cosas menos útiles para un motard son: el “si lo hubiera previsto”, el “si no fuera”, y el “si pudiera volver un segundo atrás”, así que avivando el ritmo para ver si puedo seguir a la moto que me precede, me repito: “cuando dudes, cierra el gas”. No es fácil caerse por ir despacio, porque nunca hay que dejar que tu moto te lleve a un ritmo donde tu capacidad no haya estado al menos alguna vez antes: mantener las dos ruedas de la moto en contacto con el asfalto en la medida de lo posible es siempre una buena idea, y nunca olvides recordar que la gravedad no es simplemente una buena idea, es la ley y no debes rechazarla caprichosamente. ¡Nunca debe ser un pronóstico médico! Aprende de los errores de los demás. Nunca vivirás lo suficiente para cometerlos todos tú mismo. Deja las tumbadas para el circuito… Un viaje “perfecto” es cuando la moto vuelve intacta. El buen juicio proviene de la experiencia. Desgraciadamente, la experiencia normalmente es el resultado de haber tomado malas decisiones…

Me acabo de enfadar mucho. Subiendo el Coll de Canes, dirección a Olot, me pasan un grupo “todoseguido” que van cortando entre curvas si hay visibilidad, como si siempre la hubiera, y el líder (que por cierto nunca debe ser el más rápido del grupo, sino el más sabio, el más experto…) parece empeñado en señalar con la mano a los demás cuándo deben adelantar o cuándo no. A mí no me la cuelan, la responsabilidad de cada maniobra en moto es mía y sólo mía: no voy a tomar la vida de otros en mis manos, ni ceder la mía al arbitrio de alguien que no sea yo…

Y sí, además, como digo, se empeñan en ganar metros “recortando entre curvas”… Me parece una “estupidiez, diez veces estúpida”: el carril contrario no existe, pero no sólo por seguridad: recortar cuando vas a buscar carreteras con curvas es… hacer menos, ¿verdad? Sé elegante y no hagas trampa como estos que iban de carreras para ganar una no-carrera; la Crom Ride no es una competición…

Bien, dejemos esto: lo importante, es no sólo no pasar por el paisaje sin verlo: hemos recorrido la Cerdanya por ambos lados, en vistas espectaculares, bosques de todo tipo, y ya que estás en Girona, hay que mirar siempre a tu alrededor: hay mucho que ver. Eso sí, aunque lo tengas todo controlado, siempre hay algo que se te escapa, porque las curvas son como muchas situaciones en la vida. Lo importante no es cómo entras, sino lo bien que sales de ellas. Privilegia la “conducción defensiva”: no arriesgues a cambio de salir “sólo una sola vez” abierto, comiéndote el carril que viene -¡puedes tener suerte y que no venga un camión, pero no siempre!-. Ten siempre la moto donde quieres tenerla, bien sujeta a la trazada escogida, ábrete un poco para encarar la curva habiendo frenado en lo posible con la moto recta, ve a buscar el ápice “retrasado” para no salir descontrolado hacia el lado malo… y controla el gas de manera que te baste cerrarlo para recuperar la trazada si no es la mejor.

Trazar los virajes en moto es como andar... Si te vas mirando los pies y no tienes la mirada larga, acabarás por no saber hacia dónde vas: la mirada lejos, a la salida de la curva, te llevará a donde mires…

Para terminar, diría que montar en moto es como escribir a boli: la tinta es indeleble, así que procura que nunca te toque ponerte a buscar desesperadamente el potecito de “tippex” o, más moderno, el “control + Z”…

He cumplido todos mis objetivos: he planificado mis paradas y mi ritmo, sin dormirme en las detenciones, de modo que no he llegado excesivamente tarde, he sellado todos los controles y, cansado pero feliz (es mi primera vez con 550 km –todos revirados, todos moteros hasta decir basta- en un día, y entre una cosa y la otra he tardado casi 12 horas, son casi las siete de la tarde), y entro en el precioso paddock de la Crom donde me esperan otras setecientas motos, el regalo de finisher (este año, una camiseta térmica; ojalá la hubieran dado a la salida, subimos a Andorra a 12 grados en pleno més de julio…), una amplia dotación de sonrisas por parte del staff organizador… y un merecido descanso a la sombra donde, hamburguesa “de carn de Girona” en ristre, y enarbolando una cervecita (0,0%, a voluntad), me uno a mis nuevos compañeros de ruta para contar batallitas, contrastar ritmos (“tu ahí atacabas, ¿verdad?”), y echarnos unas buenas risas por el trabajo bien hecho.

Ha sido mi primera ruta organizada, la Crom Ride, pero no será la última, porque seguro-seguro que el año que viene me tendrán de nuevo en la salida: he ido a mi ritmo, contento, he aprendido mucho, y me he divertido lo que no está escrito en estas líneas. Sí, en este caso, mejor ir en moto bien acompañado que… solo.