Trucos para limpiar la moto sin dañarla
La calima lo cubre todo de polvo y arena fina traída desde el desierto, depositándose sobre las motos cuando llega acompañada de lluvia. Una suciedad que hay que saber cómo limpiar para no provocar un mal mayor.
La calima puede provocar lluvias de barro que tiñen nuestras motos de color naranja, cubriéndolas de arena llegada desde el desierto y ensuciando toda su superficie. Para lavar la moto tras la calima es importante saber cómo hacerlo, porque no se trata de una suciedad cualquiera, y es mejor saber a qué nos enfrentamos. Porque… ¿sabes ya qué es eso de la calima?
La calima es un fenómeno metereológico que consiste en la presencia en la atmósfera de pequeñas partículas de polvo, arcilla o arena en suspensión, como una gran nube naranja que viaja kilómetros y kilómetros cubriendo todo allá por donde pasa. En España no es raro encontrar temporales de calima en las Islas Canarias, dada la dirección de los vientos desde África, pero en ocasiones también se propaga hasta la península afectando a un mayor número de pueblos y ciudades.
Cuando la calima se junta con la lluvia lo que encontramos son, básicamente, auténticas lluvias de barro. Y ojo, porque ni siquiera es necesario que llueva, la propia calima se deposita sobre la moto y se adhiere a ella mucho más de lo que podríamos pensar. Las partículas de polvo y arena caen, lo tiñen todo de naranja y se pegan a absolutamente todo, incluidos los vehículos que pilla a su paso. Si tu moto se ha visto afectada y tiene una capa de barro sobre ella como “caída del cielo”, te vamos a dar unos cuantos consejos para lavarla correctamente sin producirle daños mayores.
Lo primero: no toques ¡no frotes!
Si tu moto ha estado bajo la calima lo que tiene por encima es eso, barro. Literalmente. Lo que significa que está cubierta de arena que se ha quedado pegada sobre ella. No pasa nada por sacudir el asiento antes de sentarte, pero te recomendamos no tocar ninguna otra parte de la moto: ni depósito, ni plásticos, ni instrumentación, ni pantalla, ni espejos, ni nada de nada. Pues esa arena, como todas las arenas, puede ser muy abrasiva sobre los componentes de tu moto.
Es decir, ni se te ocurra frotar con un paño. Tras la calima tenlo claro: “el frotar se va a acabar”. A no ser que quieras dejar tu moto llena de pequeños y finos arañazos que acaben con el brillo de su pintura, estropeen la instrumentación o dañen los plásticos o pantallas, mejor que no toques la moto hasta que puedas lavarla correctamente.
Mucha agua. Mucho jabón. Y mucha paciencia.
Cuando vayas a lavar la moto tras la calima, que te recomendamos hacerlo tan pronto como puedas y cuando veas que el cielo ya está despejado, y que no te va a volver a llover barro minutos después, será momento de recurrir al agua. Y no cualquier agua, porque como verás si le das un manguerazo a la moto, incluso con presión, la calima no saldrá tan fácilmente de la moto, y menos aún de cada uno de sus recovecos.
Está bien empezar con un buen chorro de agua a presión para quitar lo más gordo, pero tras eso habrás de recurrir a más agua, a una buena esponja, a un poco de jabón y a un buen rato de tu tiempo. E incluso a un viejo cepillo de dientes se quieres llegar los más recovecos más peños, donde seguro que se habrá acumulado el barrio de la calima.
Cuando la moto ya esté chorreando agua usa un cubo lleno de agua con jabón y una esponja grande suave. Con la esponja totalmente empapada para evitar posibles arañazos retira todo el barro que había quedado depositado sobre la moto, haciendo movimientos suaves pero firmes, y enjuagando y cogiendo más agua constantemente. Cuando la moto esté llena de a gua y jabón, enjuaga bien de nuevo con agua a presión para retirar toda la espuma y restos de calima.
Y ojo con el filtro del aire
Si has circulado con tu moto durante un episodio de calima es importante que tengas en cuenta el filtro del aire, pues de pronto te lo puedes encontrar como si hubieras estado circulando por un camino polvoriento. Por lo general, el filtro de aire se suele cambiar, por así decirlo, “cada dos cambios de aceite”, pero dependiendo de cómo sea tu filtro podrás lavarlo sin necesidad de cambiarlo aún.
Si utilizas un filtro de aire de papel… mal asunto, por lo que lo podrás lavar y lo deberás sustituir si ves que se ha acumulado mucho polvo en él. Pero si tienes un filtro de aire de espuma, comunes entre las motos de campo, o un filtro de aire textil o de alto rendimiento, entonces sí lo podrás lavar para que tu moto respire como es debido. Con los primeros podrás usar agua y jabón, mientras que en el segundo deberás recurrir a productos específicos y a un spray de aceite que lo deje de nuevo impregnado y listo para volver a atrapar en él la suciedad que nunca ha de llegar al interior del motor.