Opinión | Blog - 'La intrahistoria de MotoGP'
Otra victoria de Marc Márquez hubiera supuesto un golpe mortal -y moral- a las opciones de sus rivales
Si echamos la vista atrás, y sólo hace falta retroceder cinco Grandes Premios -dos meses-, Honda se encontraba en un laberinto difícil de superar. El campeonato salía de Mugello con la dupla oficial del Repsol Honda empatada a puntos, en la cuarta y quinta posición del campeonato, y a 37 puntos del liderato de Maverick Viñales. Márquez no pudo pasar de la sexta posición en aquella carrera, los problemas de aceleración que arrastra la marca del ala dorada desde 2015 persistían y las dudas se multiplicaban en el seno del fabricante japonés.
Cualquier parecido con la realidad dos meses y nueve días después, es pura coincidencia. Márquez lidera el campeonato con 16 puntos sobre el siguiente clasificado y ha entrado en una dinámica de resultados que, o la paran sus rivales, o va a traer implícita en un par de meses -o tres, como mucho- su sexto título mundial. Nos fuimos al parón veraniego recitando a los cuatro vientos que nos encontrábamos ante el Mundial más apretado de todos los tiempos y que raramente se decidiría antes de Valencia, y hoy ha tenido que ser Andrea Dovizioso el encargado de mantener con vida este magnífico campeonato que estamos viviendo.
Porque visto lo visto, otra victoria de Marc Márquez hubiera sido un zarpazo sin paliativos a esta temporada de MotoGP 2017. El vigente campeón de la categoría reina ha entrado en esa especie de burbuja que ya ha experimentado varias veces; sirvan de ejemplos las cuatro carreras consecutivas que ganó en su debut en MotoGP 2013 desde Sachsenring a Brno, las diez seguidas del inicio de 2014 o la brecha que abrió entre Assen y Brno el año pasado. Y es que como nadie pinche esas burbujas, se hinchan hasta convertirse en un muro infranqueable con el que ha forjado sus tres títulos en la categoría reina. Por no hablar de las cinco victorias consecutivas de Mugello a Sachsenring en su título de 125cc en 2010, o las tres de Indianápolis a Misano en su corona de Moto2 en 2012.
Es decir, que en todas, absolutamente todas sus cinco coronas mundialistas, ha habido una racha que le ha catapultado a ser campeón. Y, señoras y señores, esa racha es la misma que está experimentando ahora mismo y que quien sabe si será determinante para poder ganar otro más. Cualquiera se pone a hacer pronósticos en una temporada así, dicho sea de paso, porque de aquí a tres carreras -o a una- todo puede cambiar.
Desde que en aquel parón veraniego nos plantamos con cuatro pilotos separados por diez puntos, y cinco por 26 -que nadie se olvide de Dani Pedrosa, por favor, que es el piloto con más podios junto a Márquez-, a muchos se nos pasó por la cabeza lo bonito que sería que todos ellos, o al menos la mayoría, llegasen con opciones a Valencia para que la bacanal de motociclismo allí fuera inolvidable.
Sin embargo, llegó Marc Márquez de vacaciones dispuesto a romper todos esos sueños, tan voraz como siempre, para encadenar otro título. Desde luego que es el gran favorito para conseguirlo, porque ha vuelto a encontrar un solidez con su RC213V que está haciendo de ese binomio un arma de precisión. La gran labor de su equipo y de los ingenieros de Honda ha conseguido solventar los problemas de aceleración hasta en el circuito en el que este aspecto es el más importante. Han salvado dos escenarios difíciles de forma magistral. 20 puntos en Austria-y 16 de Pedrosa- les sabe a victoria en HRC. Pero claro, no sólo es el trabajo del equipo, también es la capacidad del propio Marc de reinventarse para saber qué le falta a la moto y cómo lo puede poner él. Es un maestro en estas lides.
«Se antoja muy difícil frenar al #93 con su gran estado de forma actual. Pero Andrea Dovizioso, que ha ganado más carreras en MotoGP 2017 que en la suma de sus nueve temporadas anteriores, tiene derecho a soñar»
Un triunfo en Red Bull Ring, que hubiera podido llegar si sale ese adelantamiento al límite que ha intentado en la última curva cuando se le ha bloqueado la calculadora, hubiera sido un golpe mortal -y moral- para todos sus rivales. Sobre todo con Yamaha completamente perdida y sus dos pilotos oficiales superados otra vez por un satélite. Pero ahí estaba Andrea Dovizioso para mantener con vida el Mundial de MotoGP 2017, para callar la boca a los más escépticos y para convertirse en la principal amenaza ahora mismo a un piloto que ha sumado 106 puntos de los últimos 125 en juego, dando la vuelta radicalmente a esa situación tan alarmante que vivía en Mugello.
Ahora Dovi está segundo del campeonato a 16 puntos de Márquez, mientras Viñales está ya casi a una carrera -24-, y Rossi y Pedrosa a más de 30 puntos -33 y 35, para ser exactos-. Las diferencias hubieran sido más preocupantes para todos ellos si el piloto de Ducati no le llega a "robar" esos cinco puntos extra a un Marc que no ha querido pensar en el Mundial. Todos se hubieran quedado a más de una carrera de distancia. Faltan siete aún, un mundo, pero hubiera supuesto una renta muy jugosa.
Sería precioso que el campeonato llegase con vida a Valencia y con cuantos más pilotos, mejor; aunque se antoja muy difícil frenar al #93 con su gran estado de forma actual. Pero Andrea Dovizioso, que ha ganado más carreras en MotoGP 2017 que en la suma de sus nueve temporadas anteriores en la categoría reina, tiene derecho a soñar. Se lo ha ganado de la mejor forma, imponiéndose a un piloto que rara vez pierde un duelo. Sigamos disfrutando del campeonato más apasionante y abierto de los últimos tiempos. Yo soy de los que espera que Viñales, Rossi y Pedrosa también reaccionen en las próximas carreras y alarguen la vida de este título en juego. Pero para hacerlo, tienen que pinchar la burbuja de un piloto lanzado a seguir reescribiendo los libros de historia.