Nürburgring es uno de los circuitos más carismáticos que hay en el mundo. Algo así como la Meca de los trazados de velocidad al que todo aficionado al mundo del motor debería ir, al menos una vez en la vida. Sus 20,8 km de recorrido son uno de los más atractivos desafíos para pilotos de todos los rincones del mundo.

Los días en los que Nürburgring está abierto al público el trazado no se puede realizar de forma completa, ya que para la entrada y salida de vehículos se emplea un tramo de recta de 1660 metros. Por este motivo se ha establecido un tramo de 19,1 km donde se obtienen los tiempos no oficiales, un registro denominado BTG Time –Bridge to Gantry– pues se establece entre el primer puente y un punto cercano a la entrada al parking denominado Gantry.

Hoy por hoy el récord BTG de la pista está en manos de Andy Carlile, que en 2012 logró parar el cronómetro en 7 minutos y 10 segundos con una Yamaha R1 de 2005 que compró muy barata ya que procedía de un siniestro. Andy, un británico que reside en Nürburgring desde 2007, montó en su R1 suspensiones Nitron, llantas de carbono BST, silenciosos Akrapovic y elementos como los semimanillares, estriberas y las fibras para optimizar la posición de conducción y reducir algo de peso.

Por este motivo, los 7’23 marcados ahora por Nino Pallavicini adquieren un especial importancia. Los sólo 13 segundos de diferencia con respecto a Andy Carlile en el mismo tramo –BTG– han puesto todos los ojos en esta BMW S 1000 RR, que salvo por tener un silencioso de la industria auxiliar y la ausencia de los retrovisores, es cien por cien una moto de serie.

Sea como sea, tanto el tiempo de Nino Pallavicini como el de Andy Carlile (que puedes ver a continuación), son registros realmente espectaculares. #EnjoyTheRide

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